Una
mezcla de fanatismo religioso y fanatismo político ha estado desarrollando una
campaña de “It’s time to put God back in the White House”. Nótese que se manipula
el nombre de Dios para promover cainismo, egoísmo y agendas particulares.
Tratan de establecer que si no se les complace, equivale a ir en contra de
Dios.
Para esa
mezcla que el jíbaro sabio y bueno, consagrado y digno de verdad, muy bien le
llamaría “mogolla”, nada valen los esfuerzos de la administración Obama en
temas como la creación de empleos, lo humano en la reforma migratoria y lo de
avanzada en la justicia social mediante la reforma de salud. Para esa mogolla,
lo importante es justificar racismo, maltrato, exclusión, privilegios, en fin,
falta de equidad.
Para esa
mogolla, la mezcla de ceguera espiritual y de consumirse en los peores
instintos, no es posible ver lo humano y cristiano en la buena obra.
Lamentablemente
en Puerto Rico, Isla del Cordero, también ha tomado forma una mogolla con esa
misma forma esencial. La mogolla en Puerto Rico está cortada con la misma tijera
que manipula lo sagrado con propósitos nada sagrados, y se manifiesta en contra
de la equidad, la inclusión y el principio de que todos somos hijos de Dios.
Se trata
de una mogolla que para unos temas invoca un extremo puritanismo para ciertos
temas, pero se hacen de la vista larga para temas como la corrupción que
involucra dinero. Los que en la Isla invocan que Dios está ausente del
Gobierno, están en la misma línea de los que llevan la campaña de “It’s time to
put God back in the White House”. Se trata de estilos extremistas que nada
bueno aportan.
Para esa
mogolla extremista, nada vale el orgullo patrio, se exhorta a la “humillación”
para utilizar a los seres humanos, se predica al son de pretender imponer a la
brava y se justifica el demonizar y buscar silenciar a todo el que piense
diferente. Lo más que se necesita no es un hogar dividido, sino tender puentes
de armonía y salomónicos.
Que
conste que no todo el liderato falla y que merecen apoyo quienes cumplen bien y
dan cátedra de vocación, amor y humildad. Tampoco procede tomar a los que están
en la mogolla para caer en la trampa de los estilos de odio, juicio y
violencia.
Procede
tener los ojos bien abiertos, orientar y educar, y no apoyar mogollas que nada
tienen que ver con las alianzas constructivas. Que no haya espacio a que tomen
el poder quienes le han dado la espalda a Dios y necesitan con urgencia su
Damasco, buscan destruir avances en equidad y avalar penas desproporcionadas
para unos y lucro desmedido para otros. Promover paz es promover progreso con equidad.
Se sabe que la administración García
Padilla heredó un cuadro pavoroso. Se reconoce que la medicina amarga al estilo
republicano y los despidos masivos no funcionaron. Se entiende que aunque se
han ido generando empleos y no ha habido despidos masivos, son muchas las
necesidades en el proceso de restauración. Se obra para restaurar y la
presencia de Dios se manifiesta en quienes hacen y siembran el bien.
En la ruta, surgen válidas perspectivas y
la mejor oportunidad y base de crecimiento pleno, está en discernir y comprender
que la opción de las mogollas no es superior. Es encomiable
la búsqueda de las mejores soluciones y todo lo mejor se logrará en la base de
potenciar al ELA a la altura del amor enseñado por Jesús y de lo fundado por
Luis Muñoz Marín. Dios ilumine a todos.
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“Reposará en la estepa la equidad, y la justicia morará
en el vergel; el producto de la justicia será la paz, el fruto de la equidad,
una seguridad perpetua”. --Isaías 32:16-17
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“Guardaos de los
falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro
son lobos rapaces.
Por sus frutos
los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
Así, todo buen
árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
No puede el buen
árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
Todo árbol que no
da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
Así que, por sus frutos los
conoceréis.” --San Mateo 7:15-20
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“El que siente la
grandeza de Dios en el universo siente también en su propio espíritu la
necesidad de vivir los breves años de la vida en una forma que sea digna del
amor de Dios. Para vivir en forma digna de la grandeza infinita de Dios hay que
llevar generosidad en el espíritu, justicia en el propósito, cariño a los demás
seres humanos en el corazón.” –Luis Muñoz Marín
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“Maestro, ¿cuál
es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y
grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti
mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”. --Mateo
22:36-40