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"Lo que fue, eso
será; lo que se hizo, ese se hará. Nada nuevo hay bajo el sol”. –Eclesiastés 1:9
Es justo reconocer y
agradecer la conciencia y participación de los Millennials en el tema de la
crisis en Puerto Rico y la renuncia del gobernador Rosselló. Sin embargo, hay
que ver también con razón lo siguiente:
Desde años antes del
azote del huracán María hasta el presente, mucho se ha expresado y evidenciado
que la población de Puerto Rico ha envejecido y un significativo grupo de
jóvenes ha emigrado. Por ejemplo, en el link https://www.primerahora.com/noticias/puerto-rico/nota/cadavezmasviejalapoblacionboricua-1000018/ hay un reportaje del 2014 que estableció lo siguiente: “Con una
expectativa de vida mayor, una dramática baja en los nacimientos y un aumento
en la migración, particularmente de jóvenes en edades productivas, la población
de Puerto Rico es cada vez más vieja”.
Aún
así, se siguió manifestando el discrimen por edad en la Isla; que es demasiado marcado,
notable e hiriente en nuestra extensión territorial. Por ese discrimen, se
niegan oportunidades de empleo, se maltrata, y a quien trabaja se le margina. Es
tan terrible, que a quien llega a los 40 años se le ve como viejo; a quien
llega a los 50 años se le ve como que debe retirarse; y a quien llega a los 60
años se le ve como que vive de milagro. El discrimen por edad es un problema
crónico y cultural que hay que superar; máxime cuando el proceso de envejecimiento
aplica a todos sin distinción alguna.
Va
en aumento la población de personas mayores; y no es lo mismo la persona de 50
años de hoy, que la persona de 50 años de hace 50 ó 60 años. Ante el costo de
vida y lo bueno de seguir activos y productivos para elevar la autoestima, se
sigue luchando.
Con ese trasfondo, es
INCORRECTA la afirmación de que en la Marcha Nacional y las manifestaciones
para la renuncia del Gobernador, han sido dominadas por jóvenes o por una
generación en específico. Se trata de una causa que ha unido a todas las
edades, ideologías y formaciones con un mensaje unificador, claro y
contundente. Fue bueno ver cómo unió la bandera oficial del Estado Libre
Asociado de Puerto Rico. Se engrandeció el alma; el heroico y noble corazón que
el Papa Juan Pablo II identificó en Puerto Rico en 1984, como el “jíbaro bueno”
de esta tierra. Quienes superaron el discrimen por edad, hicieron el éxito de
la Marcha Nacional del 22 de julio de 2019.
Sacar de proporción el tema
de los Millennials, lamentablemente tiende a fomentar el discrimen por edad y
la soberbia. Así no se levanta bien a las generaciones, sino que se extiende el
maltrato, la exclusión y el deterioro en la calidad de vida. Lo que se necesita
es el mensaje de unión de generaciones. Habrá diferencias de estilo, lenguaje,
gustos y música, pero podemos coincidir en agradecer el milagro de la vida y
buscar darle valor mayor a cada nuevo día. Todos podemos coincidir en temas como el cuido de la salud, ya que estilos
desenfrenados y cuestionables, no van de la mano con una larga y buena
expectativa de vida. Todos somos parte del proceso de
envejecimiento en lo efímero de la existencia, y todos somos llamados a crecer
como seres humanos.
Las transiciones
generacionales no son algo nuevo. Aprender y educar bien hace la diferencia. Voy
más allá: Cada 4 años, los artífices de las campañas y estrategias políticas,
buscan capturara a los nuevos electores. Antes los partidos enviaban cartas a
los nuevos inscritos. Hoy usan las redes sociales. Hay que estar atentos ante
quienes invocan a los Millennials en forma incorrecta, para cazar votos sin
sentido de compromiso ni conciencia de lo que significa un buen gobierno para
todos. Hay que desarrollar capacidad de discernimiento para fortalecer al país
con los mejores talentos.
Lo irónico es que si
hubo un sector mayoritario en las manifestaciones, fue el de adultos y mayores
llamado a educar; que sabe que Puerto Rico ha tenido páginas brillantes en la
historia, no tiene que resignarse y puede construir mejor desde la fuerza de
sus raíces. No es que el puertorriqueño haya despertado ahora; es que vuelve a
recordar el vigor que siempre ha tenido y que una vez le permitió poner Manos a
la Obra (hay que volver al buen camino). Es el momento de renacer desde esa
base positiva. Es el momento de la expresión de la indignación del pueblo; el
pueblo que ha sufrido, sufre, genera testimonios de heroica perseverancia y
ahora supera fronteras con la unidad de razón y corazón. Es también el momento
de alentar la buena esperanza y la fe con poder.
La lucha no termina; y
la cumbre es para las personas y los pueblos, un camino interminable en que en
el proceso, se va creciendo y forjando. No solo ha sido el issue del Gobernador.
Hay un pueblo que no aguanta más. Por ejemplo: Se dice que hay tanto número de
personas empleadas, pero no se dice que hay un alto nivel con jornada recortada
y que el dinero no le rinde. Ya no funciona el pensamiento de que es mejor
media libra de pan que ningún pan, y eso no es ser ingrato ante el Señor. La
nueva generación sufre eso y más con sus padres. Todos sufrimos y sentimos y al
mismo tiempo, seguimos pa’lante.
El reclamo de justicia
desde preocupantes condiciones de vida, es buscar la calidad de vida que
bendice a las personas y glorifica al Señor. Ante tantos millones de dólares
que se pierden en mala administración y corrupción, con ese recurso se pudo
haber:
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Dado ayuda a las
entidades sin fines de lucro para que puedan recuperar empleados y jornadas y
por ende, maximizar sus servicios.
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Dado ayuda para no
cerrar escuelas y optimizar la educación.
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Dado ayuda para
fortalecer la buena educación universitaria; la que no desvirtúa la cátedra con
agendas ideológicas y fomenta mejores seres humanos.
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Dado ayuda a hospitales
y centros de cuido a envejecientes.
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Dado ayuda para
completar la reparación de las casas afectadas por el huracán.
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Dado ayuda para mejorar
la infraestructura, esencial para el desarrollo.
El clamor de justicia y
progreso para todos es grande. No sigamos a los pesimistas y tampoco a los
extremistas y cainistas. En la encrucijada, es buena la presencia de la bandera
de Puerto Rico en las manifestaciones, pero como bandera que nos une y no para
tratar de manipular temas y adelantar una causa de status político que no
edifica y no convence. Con esa conciencia, se puede levantar la bandera de
Puerto Rico junto a la bandera de Estados Unidos, ya que rescatar la buena
administración, la justicia y los valores fortalece la buena unión.
Hay que estar bien
atentos: Del mismo modo que hay quienes positivamente ven en los jóvenes mentes
frescas, también hay quienes malsanamente ven en los jóvenes mentes que pueden ser
manipuladas y deformadas. A la nueva generación le toca tener los ojos bien
abiertos para no caer en engaños y comprender junto a todos, que nada justifica
mirar hacia la ruta de izquierda que es el peor de todos los caminos.
Las dos banderas a la
misma altura en las astas de la libertad nos recuerdan el origen de nuestra
democracia y confirman que unidos positivamente podemos más. El país enfrenta
serios retos como la crisis económica, combatir la corrupción, levantar la
imagen de la Isla en Washington DC, y restaurar a esta tierra que no se ha
recuperado del todo del golpe del huracán María. Ahora más que nunca, procede
la defensa democrática y eficaz del pueblo, de nuestra Constitución e
instituciones. ¡TODOS UNIDOS, Millennials y no Millennials, todos hijos de esta
tierra, en el Nuevo Patriotismo!
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“Las generaciones no
envejecen. Todo joven de cualquier época y civilización tiene las mismas
posibilidades de siempre”. --Cesare Pavese
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“Juventud, ¿sabes que la tuya no es la primera generación que anhela una
vida plena de belleza y libertad?” --Albert Einstein
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“PORQUE PUERTO RICO SON USTEDES, SOMOS
NOSOTROS, PUERTO RICO ES TODO LO QUE NOSOTROS HAGAMOS POR EL.”. –Rafael
Hernández Colón
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“De la voluntad del
pueblo es que va a surgir la salvación del pueblo mismo. Eso es lo que se llama
la democracia”. –Luis Muñoz Marín
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“¡Todos juntos al
desafío del futuro, todos juntos a defender a Puerto Rico!” –Rafael Hernández Colón
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“… el Nuevo
Patriotismo, el que comprende la unidad de propósito como factor indispensable
para la prosperidad”. –Rafael Hernández Colón