sábado, 4 de julio de 2020
El 4 de julio se puede celebrar con plena dignidad en Puerto Rico y Estados Unidos.
El 4 de julio es más que política; en el concepto de libertad integral, Puerto Rico y Estados Unidos pueden celebrar con plena dignidad moral y política.
La Declaración de Independencia de Estados Unidos es fruto del trabajo de los congresos continentales. La esencia no fue la guerra y no buscaba un sentido distorsionado de libertad; buscaba diálogo, armonía y la dirección de realidades y esperanzas en común.
La Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, fue fruto de la Gran Revolución Pacífica Puertorriqueña. Su esencia no es colonial y la base que le valida es más que funcionarios de turno y circunstancias de un momento dado.
La Declaración de Independencia de Estados Unidos y la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, confirman que el verdadero heroísmo, valor y real patriotismo, no son odios y guerra, son unión y amor.
En Puerto Rico, el tema y obsesión "colonial", sólo habita en las conciencias colonizadas. Voy más allá: La crisis que originó la Ley PROMESA y la Junta de Control Fiscal, no fue causada por el Estado Libre Asociado, sino por malas prácticas administrativas.
Por consiguiente, los candidatos que señalan lo colonial, manipulan el tema de cambio del status político como si fuese varita mágica que resuelve todo, y evaden lo administrativo, no van con la verdad y proyectan que perpetuaran las malas prácticas administrativas. Porque lo mayor es la armonía entre los seres humanos, sólo quienes defiendan nuestra Constitución e instituciones y fomenten buena administración, tendrán capacidad para hacer patria.
El 4 de julio, se confirma que la unión de Puerto Rico y Estados Unidos potencia lo multicultural que supera lo político y el respeto a la dignidad humana une a la buena fe, al arte, a la perseverancia, al amor y a la paz. Procede seguir perfeccionando esa unión. Adelante y bendecidos.
>>> Palabras pronunciadas por verdadero maestro y patriota Luis Muñoz Marín el 4 de julio de 1950:
• “Tiene también la fecha un valor específico y directo para el Pueblo de Puerto Rico. El Pueblo de Puerto Rico va a hacer la Constitución que por cuatrocientos años le han hecho desde afuera. La va a hacer como antes hacía su Legislatura, como más recientemente ha hecho su Gobernador, con los votos libres y limpios de una de las democracias de la que más puede enorgullecerse el mundo occidental. Hacer la Constitución de Puerto Rico, como la vamos a hacer, quiere decir que el pueblo no solamente dirá quién[es] quiere que sean sus legisladores, quién quiere que sea su gobernador –todos los que lo representen, en fin, en todo su Gobierno–sino también dirá qué es lo que quiere que sus legisladores puedan hacer o estén impedidos de hacer, o lo que su Gobernador pueda hacer o esté impedido de hacer. Es decir, la Constitución es la ley que gobierna al Gobierno en sí. Hasta ahora el pueblo ha elegido su Gobierno, pero le han traído hecha de lejos la ley que gobierna al Gobierno que el pueblo elige. Cuando hagamos nuestra Constitución, el pueblo elegirá su Gobierno y hará y cambiará, cuantas veces lo crea deseable a su bienestar, la ley misma que gobierna a su Gobierno, que es la Constitución”.
• “Puerto Rico es parte de la independencia de Estados Unidos que hoy celebramos. Nada en la ley impide que el Pueblo de Puerto Rico plantee, cuando sea su voluntad plantearlo, el seguir siendo parte de esa independencia grande en la forma tradicional de la estadidad, o constituir una pequeña independencia separada dentro de sus propias costas, o emprender nuevos pasos en la evolución dinámica que creadoramente ha traído a Puerto Rico hasta este punto. Sin entrar en sutilezas jurídicas, porque tales cosas son los instrumentos de la historia y no sus moldes, hemos dicho que Puerto Rico es parte de la independencia de Estados Unidos. Y es la única parte cuyo derecho a dejar de serlo se reconoce. Es libre para continuar siendo parte de una independencia mayor. Y libre para reclamar separarse de ella y constituir la suya propia en pequeña dimensión. Y libre para contribuir a su propio destino y a América, y a la evolución democrática en todas partes, nuevas maneras de libertad política y más amplios conceptos de la libertad integral del hombre”.
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