martes, 9 de octubre de 2018

“Christopher Robin” nos ayuda a descubrir las grandes soluciones en el origen…



La película “Christopher Robin” fue un buen éxito. En la historia, Christopher Robin llega a ser adulto y en la vorágine de los problemas de vida, se reencuentra con Winnie The Pooh y sus amigos. La ternura vuelve a redescubrir lo positivo de la existencia.

Christopher logró enfocar mejor sus ideas y sus rumbos al revisitar a su juguete favorito. Una gran lección de energía y vida de la película es recordar quién uno es. Si aplico eso a mi caso, sería revisitar a la figura de acción de la serie “The Six Million Dollar Man”. Mucho se vería en mejor forma y se solucionaría al recordar lo que nos formó y lo que nos daba una perspectiva más sana, creativa, heroica y armoniosa.

Esa figura de acción de Steve Austin que aún conservo, refleja el paso de los años. El uniforme rojo que tenía al comprarla ya no existe, y el plástico se ha ido deteriorando. También ha tenido deterioro la figura de Oscar Goldman, pero la conservo. Al ver esas figuras, recuerdo aquellos días de niñez: Los juegos en la casa, el televisor en blanco y negro, las vivencias en la escuela, los comercios, y mis padres en pleno vigor.


Voy más allá: Hay momentos en que de haber regresado a la conciencia y lecciones de esos recuerdos, la historia hubiese sido diferente. Ante lo que se pueda cambiar y ante lo que no se pueda cambiar, regresar al origen luminoso, siempre es edificante.  


Pensar en cómo recibí esa figura y en el pasar del tiempo, es ver cómo evoluciona lo que uno identifica como grandes sueños y deseos. Hay veces en que se llora en la niñez y hay veces en que se llora en la adultez. Para todas las edades y etapas, hay siempre un origen de entendimiento, fuerza y paz. Alimentemos al niño interior, que es sabiduría, corazón, creatividad y mente siempre fresca.  Esa es la verdadera madurez.







Interview with Winnie and more: https://www.youtube.com/watch?v=-w-tEjzCUR8











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