Con
toda sinceridad, cada vez que se recuerda en una misma escena a José
Aponte de la Torre (emblemático Alcalde de Carolina), Rafael “Churumba” Cordero
Santiago (emblemático Alcalde de Ponce), y William Miranda Marín (emblemático
Alcalde de Caguas), veo que es propio destacar con justicia y dignidad, que
fueron tres servidores públicos y dirigentes que se desarrollaron cuando el
líder máximo del Partido Popular Democrático (PPD) y de Puerto Rico era Rafael
Hernández Colón.
Hernández
Colón supo inspirar y edificar bien a generaciones. Hernández Colón fue y es
líder y maestro de líderes. El pensamiento y la obra de Rafael Hernández Colón
tienen firmes raíces, visión, razón y vigencia. Honra bien a Luis Muñoz
Marín.
Con
toda sinceridad, es imposible saber exactamente qué dirían José Aponte de la
Torre, Rafael “Churumba” Cordero Santiago, y William Miranda Marín ante el
Puerto Rico de hoy. No obstante, el análisis de ideas, propuestas y proyectos
desarrollados en los años en que fueron Alcaldes, confirma que ante los
problemas mayores, no hubiesen optado por la radical ruta de izquierda que se
autoproclama como “soberanista”. Eso es así porque los tres Alcaldes
favorecieron el concepto de municipalización y ejemplificaron el sentido de
disciplina en las instituciones. No fueron esclavos de la ideología, fruto de
la nada o jinetes solitarios. Fueron seres humanos con virtudes y defectos que
hicieron mucho; líderes con vocación que supieron balancear lo ideológico y lo
pragmático.
Recordemos
que la realidad de la Junta de Control Fiscal surgió por una deuda causada por
malas prácticas administrativas, no por el Estado Libre Asociado (ELA).
Pretender culpar al ELA por la crisis económica y buscar la destrucción de tan
buen sistema democrático-constitucional en base a manipular ese tema, es tan
irracional, como si en un hogar se pretendiese demoler la casa propia que tanto
requirió levantar y edificar, por las fallas administrativas del jefe o la jefa
de familia. Los líderes y candidatos que en vez de promover serenidad y
explicar bien, buscan manipular lo del status político, y evaden el origen de
la crisis que es la capacidad administrativa, lo que proyectan es que buscan
perpetuar las malas prácticas administrativas y sacar algún provecho de eso.
José
Aponte de la Torre, Rafael “Churumba” Cordero Santiago, y William Miranda Marín
supieron enaltecer al servicio público y la buena administración en el nivel de
gobierno más cercano al pueblo, que es el nivel municipal. Ante los desafíos
que convocan a crecer, no hubiesen optado por la extrema ruta de izquierda que
es el peor de todos los caminos; hubiesen optado por buscar perfeccionar la
unión de Puerto Rico con Estados Unidos. Pensar en lo mejor para el presente y
para generaciones, es patriotismo.
El
patriotismo no es sólo del procerato, de nombres admirados y ampliamente
reconocidos, o de quienes asumen posiciones en el liderato político y
gubernamental. El patriotismo es amor que corre en las venas como
las aguas de nuestros ríos que dan vida. El patriotismo se vivifica en toda
gran inspiración y toda buena obra con sabiduría, conciencia y corazón en
acción. El patriotismo palpita en las esencias de nuestras familias, en los
perseverantes en el bien, en las almas que abren caminos, en quienes que
superan soledades y contagian con nueva luz potenciadora, en las conciencias
que no dejan de creer, sembrar y obrar para fructificar.
Adelante...
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“¿Qué es ideal? Ideal es toda cosa de
bien por la cual se trabaja y se lucha desinteresadamente; ideal es toda cosa
de bien que se concibe en el espíritu, se proyecta hacia el porvenir y recluta
toda la fuerza del alma para que se logre; es toda cosa de bien que incluye la
seguridad de una madre de que sus hijos no van a pasar hambre, y que incluye la
paz en el corazón, y que incluye el techo que cobija al ser humano a su paso
por el misterio de la vida.
Ideal es todo
propósito de bien, que incluye la honda satisfacción de hacer cosas creadoras
con humildad y con fuerza de espíritu, y que incluye el vaso de leche que
fortifica la salud del niño y la serenidad de quien trata de actuar con
justicia y actúa siempre sin pequeñez y sin odio. Ideal es todo propósito de
bien que incluye el pan que no le falte al jornalero después de la oración, que
es su trabajo sobre la tierra, y que incluye el pedacito de tierra que no se
ejecuta y arrebata al labriego. Ideal es
toda cosa de bien, ya sea el alivio del dolor del cuerpo por la ciencia médica
o el alivio del dolor del alma por la buena religión”. --Luis Muñoz Marín
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