domingo, 21 de junio de 2020

Día de los Padres... Muchos corazones de padre en una gran vocación.


En el Día de los Padres, se originan profundas reflexiones. El significado de esta fecha, adquiere diferentes conceptos a tono con la edad y evolución de la persona.

Existe el patrón general de ver al padre como héroe en la niñez, ver al padre como que no sabe cuando se está en etapas de rebeldía, ver al padre como que tenía razón cuando se han recibido los golpes de la vida, y ver con dolor inenarrable al recuerdo del padre en el cielo porque ya es demasiado tarde para hacerle justicia.

La historia no tiene que ser así. Hoy es buen día para regresar con el Padre, abrazar al padre, y dedicarle todo al padre que está en el cielo. Hoy es buen día para ver más allá:

* Hay corazón de buen padre en el hijo que cuida de sus hermanos; o se convierte en padre del padre enfermo.

* Hay corazón de buen padre en educadores que trascienden las líneas del deber para aconsejar y bendecir a estudiantes.

* Hay corazón de buen padre en el hombre que adopta o que se une con la mujer que tiene hijos y ama de verdad sin sujeción a los moldes establecidos para el "padre adoptivo" o el "padrastro".

* Hay corazón de buen padre en quien no tiene hijos, pero se crece con los sobrinos

* Hay corazón de buen padre en quien amplía su familia, haciendo el bien a amistades, vecinos y necesitados; y más a quienes necesitan reconciliación y sanación de heridas internas.

* Hay corazón de buen padre en el jefe y supervisor que da perdón y oportunidades.

* Hay corazón de buen padre en el líder que hace realidad la misericordia y el generoso amor cristiano.

* Hay corazón de buen padre en el alma que aún en soledades, no renuncia a la causa de vida y sigue dando aliento al poder de la fe, el amor sabio y la esperanza bien fundada.

* Hay corazón de buen padre en el intelecto que aprovecha todo medio de comunicación y las redes sociales para dar luz.

* Hay corazón de buen padre en la voluntad incorruptible que es firme en los valores dignos; en el corazón heroico que busca corregir errores y renacer de verdad, en el alma que no renuncia a su compromiso mayor, a rescatar miembros de la familia que se han perdido y a reunificar el hogar quebrantado para reverdecer.


Muchos más ejemplos se pueden dar. El rol de padre es tan grande, que Dios es Padre. El rol de padre es tan esencial, que el heroísmo de José en protección de Jesús y María, superó palabras. Desde esa base, el significado de ser buen padre rompe los moldes tradicionales y crea paradigmas.

En mi caso, mi padre Oscar Berríos Rodríguez, me bendijo en toda la ruta. Tuve una niñez feliz y no faltó su apoyo en mi desarrollo. Hubo puntos de convergencia y divergencia. Cometí errores y asumo mis responsabilidades. Se podría teorizar sobre errores de mi padre, pero nadie es perfecto y fue fiel. Reconozco que tuve un padre infinitamente mejor de lo que merecí.


Hoy con canas, pienso en mi padre que falleció en 1997 y está en el cielo, y veo que desde su formación y capacidades fue líder. Ser líder es mucho más que lo que se presenta en libros y conferencias. Ser padre-líder es ir más allá de uno mismo, crecer aún con limitaciones, consagrar todo lo mejor del ser, amar y lograr mantener un hogar vivo y a flote. Doy gracias por el gran padre que tuve.

Hoy, el mundo enfrenta tiempos atípicos y retadores. Se necesitan testimonios del humilde y efectivo ejercicio del supremo rol de padre-líder. Hay que rescatar principios tradicionales, como que el hijo bueno con los padres, será buen esposo y padre. Hay mucho que reunificar, restaurar y edificar. Hay que realizar y consagrar el nuevo Proyecto de Vida en el nuevo yo y el luminoso nosotros. Adelante...




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