8 de junio de 2020: En la zona histórica de Ponce, Puerto Rico, ver daños causados por los terremotos, genera dolor y también mueve a reconocer que se necesita una amplia obra de restauración y edificación.
Se combina la mirada humana, con la perspectiva histórica y la nostalgia. Como muestra, nunca imaginé ver en ese estado, la oficina médica en donde atendían a mi madre que hoy está en el cielo. Son más que paredes, son espacios de vida.
Porque valoro mucho la zona histórica de Ponce, debo reconocer que es hora de considerar demoler estructuras que representen un riesgo a la vida. Luego, se puede reconstruir siguiendo los planos originales y aplicando buenos códigos de construcción.
Por ejemplo: La majestuosa fachada de la Catedral de Ponce no es la original. En 1670 hubo una capilla enfocada en la devoción a la Virgen de Guadalupe. En 1820 la capilla fue clausurada para construir un nuevo lugar de congregación. El terremoto de 1918 causó graves daños en la Catedral, perdió las torres originales y hubo que reconstruirla.
El 7 de enero de 2020 ocurrió un terremoto 6.6 (7 para efectos prácticos) con epicentro al sur de la patria puertorriqueña. Ha seguido una secuencia de temblores de tierra y la Catedral de Ponce, junto a otras estructuras de la zona histórica de la Ciudad Señorial, han sufrido daños. Mucho ha cambiado…
Objetivamente: Toda estructura que represente un riesgo a la vida y la seguridad, debe ser demolida. Toda estructura que sea salvable, debe ser salvada.
No obstante, hay que ver también que existen estructuras que han resistido bien. Paralelamente, si entristece que una estructura histórica sra afectada, más entristece que una familia pierda la casa que tanto le costo construir.
Por eso, es recomendable:
* Maximizar la descentralización y la municipalización. El tema de la Pandemia acentúa la necesidad de un nuevo impulso de vida y superación para la patria entera,
* Darle un énfasis especial al sur en el desarrollo turístico y el establecimiento de empresas; para crear empleos y progreso.
* Considerar lo de cambiar el concepto de zona histórica por el de edificaciones históricas. Eso armoniza lo de proteger el patrimonio arquitectónico, con poder desarrollar viviendas en el casco urbano para personas de ingresos bajos y moderados, y proveer locales comerciales con renta más baja.
No es cuestión del simplismo de que hay que "acostumbrarse" a los terremotos o de manipular términos como "revelaciones" o hacer sentir culpable. Es cuestión de cómo daños estructurales se agravan y de cómo crecemos como seres humanos en las obras de construcción y en el modelo de desarrollo integral. Lo más sabio en la fe y las relaciones humanas, es orar, perdonar, reconciliar, restaurar y edificar juntos.
El propósito es lograr forjar y consagrar una mejor realidad a la que había antes de los terremotos y la Pandemia. Podemos lograrlo. Adelante...
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