En un mundo imperfecto en que el tiempo pasa rápido y la existencia es efímera, nadie está exento de enfrentar motivos de dolor, injusticias, decepciones, frustraciones, depresiones, pruebas y crisis.
Ante esa realidad, una recomendación universal desde lo bíblico y lo psicológico, es hacer memoria de los motivos de vida, de las bendiciones y de cómo en el pasado se ha logrado superarse y levantarse.
Sin embargo, en cada caso hay realidades únicas y por eso, no es aceptable despachar todo con libretos y clichés. En la obra, Jesús enseñó a atender y escuchar a quien sufre, orar para buscar las buenas palabras, y entonces dar la respuesta sabia, particular y correcta.
En un texto, es imposible cubrir tan vasto terreno de casos, llamados y testimonios. Sí puedo dar un ejemplo general: Si ante la crisis y/o la soledad recibes la visita de quienes no se congregan en donde tú crees, te enseñaron a congregarte o perseveras, puede que se coloque sobre el tapete:
* Considerar no abandonar tu lugar de congregación porque la relación con el Señor es más que las fallas de las personas.
* Considerar que el Señor te puede estar indicando que Él está en donde se congregan esas personas que te visitan y no en donde te enseñaron a congregarte.
* Considerar que Dios es omnipotente y omnipresente, por lo que puede manifestarse en diferentes lugares de congregación y eres libre de seguir la conciencia y/o de visitar más de un lugar.
Ya que la sinceridad facilita la comprensión, reconozco que es algo que he vivido. Procede orar para tomar decisiones valientes e inteligentes.
Voy más allá: El Cristianismo en todas sus vertientes, es llamado a crecer en el nivel de solidaridad que vive el judaísmo, en erradicar el culto a la pobreza que tanto limita y no glorifica a Dios, en recordar que Jesús vino para que tengamos vida en abundancia para que seamos canales de bendición y regresar al concepto original del Día de Santo Reposo como punto de partida a nuevas etapas y mayores perspectivas.
Es un hecho que cuando se piensa que se ha superado la crisis más grande, surge una mayor. Si quien lee estas palabras piensa que no hay salida o solución, le exhorto a fundamentarse en el Eterno, hacer memoria de victorias reales, inspirarse en las devociones bien fundadas y mirar hacia el Resucitado que venció para que sea Él manifestándose en las nuevas victorias.
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