Gracias al pastor Rafael Contreras y su esposa Mary Bermúdez, y a hermanos de la fe en la Iglesia Adventista Ponce V, que me inspiraron a preparar arepas venezolanas. Funcionó y doy gracias a Dios.
El origen está en un compartir que hubo de hermanos de la fe, en que la familia Contreras nos bendijo con arepas. El compartir fue un bálsamo para el alma; como lo es cada vivencia congregacional y su expansión en la Obra Misionera, en los grupos de oración, en Comunicaciones, en lo ministerial y en cada escenario en que el Señor nos hace coincidir.
En este mundo imperfecto, tenemos la institución familia y hogar. Es una institución que enfrenta los mayores desafíos para mantenerse estable y no siempre se ajusta a los moldes de lo "funcional".
Afortunadamente la base en el Eterno es mayor que esos pequeños moldes, y el éxito de los padres se confirma cuando hay ecos de su amor más allá de su presencia. Algo así se aplica a la familia de la fe.
Más allá del lugar de congregación o de los debates teológicos, es mayor la mirada potenciadora en Jesús. En Hebreos 10:24-25 dice:
* "Tratemos de ayudarnos unos a otros, y de amarnos y hacer lo bueno. No dejemos de reunirnos, como hacen algunos. Al contrario, animémonos cada vez más a seguir confiando en Dios, y más aún cuando ya vemos que se acerca el día en que el Señor juzgará a todo el mundo".
En el proceso de preparar la arepa, recordaba lo que decía mi madre que le enseñaron siendo niña, de que quien sabe preparar una masa de harina y hacer domplines, no pasa hambre. Así es la esencial escuela que siembra valores y guías de vida.
Ante el paso rápido del tiempo y lo breve de la existencia, la memoria se enriquece con los bonitos recuerdos formativos en el hogar y en la Iglesia. Cuando surgen problemas y diferencias, la capacidad de perdonar y reconciliar hace presente al Señor.
Hechas las arepas al calor a gusto y con el relleno de preferencia, procede la mirada hacia la concreta trascendencia: Hacia el agradecimiento y hacia la visión mayor en que se pueden crear nuevos paradignas que superen la geografía, amplíen la base cultural y tracen la ruta hacia la Eternidad desde la vida en abundancia, la realización de sueños, la salud integral, milagros, felicidad y plenitud en esta tierra.
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