Ser “cristiano” no es religión, un
género musical, una marca comercial o un sello para juzgar a otros. Ser
“cristiano” no es ser perfecto o inmune a lo que afecta al mundo. Ser
“cristiano” es ser creyente; lo que infunde una naturaleza revolucionaria al
palpitar, al ver, creer, pensar y hacer. Es buscar superarse a uno mismo con un
norte mayor…
En la medida
que se acepta que Jesucristo fue y es revolucionario, entonces ser cristiano es
ser revolucionario; revolucionario no por los parámetros del mundo para esa
palabra, sino por el poder y los alcances del más puro y sincero AMOR.
Hoy domingo, somos llamados a
comenzar la semana en la MEJOR forma. En mi caso, me encamino a congregarme en
la Iglesia Nuevo Testamento de Ponce, obra que supera los alcances de las
palabras, pastoreada por Susana y Carlos Camacho, y ubicada en la Ave. Hostos
Núm. 1188 de la Ciudad Señorial.
Recomiendo tan ungido lugar de congregación; con respeto
al llamado de cada cual y la obra del Espíritu en cada alma. Cada cual en el
lugar de congregación, que busque que el Señor ilumine, dé sabiduría, capacite y presida en la existencia.
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