Siempre recuerdo que fue un 25 de
agosto que comencé a dar unos nuevos pasos de fe y tiene que ser de Dios que
coincida con la fecha de cumpleaños de una brillante y joven alma cristiana: el
pastor Carlos Camacho. ¡Enhorabuena!
Mucho le agradezco al pastor Camacho
por su nivel de vocación y consagración, por la forma en que honra el altar y
busca que enfoquemos la mirada en el Altísimo, por sus mensajes e iluminar las
redes sociales, y por su solidaridad en el momento de reto que evolucionó hacia
el milagro de nueva vida de mi madre. ¡Gracias!
Nos dice parte de una biografía del
pastor Carlos Camacho:
“Conversión y Pastorado:
Carlos conoció al Señor Jesucristo
en el año 1996, mientras todavía era miembro del cuarteto Los Hispanos. Una vez
siente el llamado a servir en el ministerio a tiempo completo, se retiró de Los
Hispanos, siendo su última actividad con ellos un espectáculo en el día de las
Madres del 2003 en el Teatro Tapia de San Juan. Desde entonces, ha terminado su
preparación como pastor del Concilio de Iglesias del Nuevo Testamento y junto a
su amada esposa Susie radica actualmente en la ciudad de Ponce, donde fue
enviado para comenzar una obra pastoral”.
Me siento afortunado y bendecido al
poder congregarme en la Iglesia Nuevo Testamento de Ponce. Los grande de los pastores
Susana y Carlos Camacho no está tanto en ellos en sí (que tienen talentos y
calidad humana que sólo del cielo pueden ser dados), sino en la forma en que
enfatizan en el Señor. Doy gracias a Dios.
Un disco que es gran canal de
bendición es la producción “Sé Que al Fin Yo Venceré”, del pastor Camacho, en
que consagra al servicio de Jesucristo sus dones y talentos en la sumatoria de
su brillante carrera. De ese disco, cada vez que escucho la canción “Creo en
Dios”, hay nuevas revelaciones y fuerzas para seguir perseverando.
Es así que cuando regalo el disco de
Camacho, es fruto de oración y reflexión, y no se trata de un obsequio más, es
algo de fe, conciencia y corazón.
En la sonrisa sincera y la voz de
buena voluntad, los pastores Susana y Carlos Camacho hacen la diferencia. Cada
servicio a que asisto es una vivencia única y hasta inenarrable en sus mayores
proporciones. En cada servicio, ante mis ojos es como si los Pastores fuesen
cada vez más jóvenes por la forma en que contagian con tanta fe que se renueva
y nos renueva, sensibilidad, fuerza y gozo, humildad y fidelidad.
Son almas luminosas que son una en
amor y vocación consagrada. Con unción, acción y visión, pastorean la Iglesia
Nuevo Testamento de Ponce. Cada miembro de la congregación es un testimonio y
es inenarrable lo que hace el Espíritu. Merecen la cobertura de oraciones y
apoyo de todos en la energía constructiva de vida.
Hoy las voces de reconocimiento,
agradecimiento y felicitación al pastor Camacho son como coro celestial. Somos
llamados a propiciar en tiempos retadores y convulsos que se vuelva a creer.
¿Creemos en Dios; le creemos a Dios? Sea “Sé Que al Fin Yo Venceré” poderosa
herramienta en ese proceso de restauración y potenciación. Sea el cumpleaños de
hoy de Camacho -en el presente escenario único que da testimonio de cómo Dios
obra y preside- poderosa señal de que crecemos y renacemos al amar y desear
seguir al Señor con todo el ser y en la vida entera. Ahora más que nunca,
Adelante en el nombre de Jesucristo.
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