¿No todo ha marchado según lo
planeado? ¿Necesita más que clichés y libretos cuando ve llegar los amaneceres
nublados? Elévese como el águila (que más alto vuela) para ver todo desde la
mayor perspectiva y así poder discernir, reconocer los motivos de gratitud y
las razones para seguir adelante.
Que el sabio principio de “el tiempo
de Dios” no se tergiverse para manipular y engañar, sino que se comunique con sumo
respeto, humildad y corrección para potenciar con el aliente de que en el
Señor, siempre hay la oportunidad para perfeccionar la ruta y vivir los reales
amaneceres luminosos.
Si llora y/o son mayores las
lágrimas que no corren, lea las bienaventuranzas en la Biblia y recuerde que
Jesús mismo enfrentó la persecución y venció; como inspiración y motor para
nosotros vencer en El y con El. Si siente debilidad, no se sienta mal. Hubo
momentos en que Jesús sintió debilidad, sudó y hasta lloró.
Reflexionando en la distancia de 11
años de comenzar nuevos
pasos de fe en la Iglesia y más allá, ante todo, ante realidades, ante pasos de
fe y asuntos pendientes, y ante un milagro que supera lo que me impacta, es
mejor compartir lo siguiente (para que cada cual lo reciba en la mejor forma
para su drama particular): El Resucitado nos dice que El está
vivo y que podemos renacer y reverdecer en El y con El.
Se crece en el caminar, se ve mejor desde el orar y se vive mejor desde el
amar. Hacer el bien con sabiduría nos define mejor. Somos llamados a la
consagración que es fe en acción. De perseverar con amor, fe, valor, visión y
honor se trata la vida. Dios tome pleno control; a Dios consagro todo con plena
conciencia de que El conoce el alma y cada detalle de fe y perseverancia. Adelante...
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