El 9 de junio de 2016, el Tribunal
Supremo de Estados Unidos, tomó una determinación en el caso Puerto Rico v.
Sánchez-Valle. Ahí, se presentó la controversia de que si pueden Puerto Rico y
los Estados Unidos acusar a una misma persona por los mismos delitos sin que se
viole la cláusula que prohíbe la doble exposición en la Quinta Enmienda de la
Constitución federal.
La juez Elena Kagan emitió la
opinión del Tribunal. En sus palabras, reconoció que es “única” la relación de
Puerto Rico con los Estados Unidos. Reiteró que no se ofende la cláusula de
doble exposición de la Quinta Enmienda de la Constitución federal cuando son
dos “soberanos” distintos los que acusan por el mismo delito.
La juez Kagan fue clara al
establecer que el término “soberanía” en este caso se enfoca exclusivamente en
la definición de soberanía en el contexto de la cláusula que prohíbe la doble
exposición de la Quinta Enmienda. Eso significa que el Supremo federal no
revisó la soberanía política de Puerto Rico, se concentró en la cláusula de
doble exposición de la Quinta Enmienda.
De lo anterior, se puede derivar que
hablar de coloniaje o muerte del ELA es un error. El reconocer la relación de
Puerto Rico con Estados Unidos como “única”, valida lo creativo del ELA. Voy
más allá: La postura de la jueza Sotomayor en defensa de los mejores intereses
de Puerto Rico, dejó al desnudo a ciertos líderes que en Puerto Rico no sirven
bien al poner la esclavitud de la ideología por encima de todo.
El Secretario de Justicia de Puerto
Rico de entonces, discrepó de la determinación del Supremo federal, pero la
respetó, y explicó lo siguiente:
·
“La decisión de la Corte Suprema tiene un impacto
limitado en el procesamiento criminal, puesto que sólo impide un procesamiento
sucesivo cuando el delito local y el federal contengan los mismos elementos;
cuando se trate del mismo delito. Cuando
el delito local y el federal sean distintos, no hay impedimento para el
procesamiento criminal en ambas jurisdicciones”.
Es un hecho que el ELA no tiene el
mismo nivel de soberanía de un país independiente y eso no es malo. El ELA es
un pacto, un convenio. De hecho, el 25 de julio de 1982 Rafael Hernández Colón
dijo:
·
“Una nueva dimensión de soberanía que
brinda a las libertades civiles de los puertorriqueños las protecciones de dos
constituciones: la constitución americana y la constitución del Estado Libre
Asociado. Doble protección para el pleno disfrute de todos los derechos
constitucionales que proceden de la común ciudadanía de los estados unidos de
América. Valga, pues, decir que se acabó el debate sobre la constitucionalidad
del ELA se acabó el debate sobre si el ELA es o no un territorio. Su carácter
autónomo está plenamente reconocido. Ya no puede haber dudas sobre su soberanía
dentro del sistema federal”.
El ELA fue bien creado en 1952 como fórmula con plena
dignidad moral y política. Por ejemplo, en 1953, en el caso Mora v.
Mejías, la Corte de Circuito establece:
·
“Puerto Rico has thus
not become a State in the federal Union like the 48 States, but it would seem
to have become a State within a common and accepted meaning of the word … It is
a political entity created by the act and with the consent of the people of
Puerto Rico and joined in union with the United States of America under the
terms of the compact”.
Es decir: Se reconoce la validez del ELA. La decisión del Tribunal Supremo de Estados
Unidos en el 2016 reconoce la naturaleza única del ELA (que se creó con una
esencia no colonial), pero ciertamente es ineludible el tema del status
político.
Es cierto que la realidad de la Junta de
Control Fiscal surgió por una deuda causada por malas prácticas administrativas,
no por el ELA. Por ende, pretender culpar al ELA por la crisis económica y
buscar la destrucción de tan buen sistema democrático-constitucional en base a
manipular ese tema, es tan irracional, como si en un hogar se pretendiese
demoler la casa propia que tanto requirió levantar y edificar, por las fallas
administrativas del jefe o la jefa de familia. Sin embargo, también es cierto que
hay que atender el tema del status político para fomentar un nuevo modelo de
desarrollo socioeconómico.
Objetivamente, ante el éxodo de
Puerto Rico hacia los Estados Unidos (no hacia otros destinos; y no ocurre un
movimiento para salir de los Estados Unidos en busca de escapar de los
impuestos o de cualquier otro factor), y la realidad de que la nación
norteamericana evoluciona como nación multicultural (algo que en lo cotidiano y
en cada testimonios de echar pa’lante sin perder la herencia cultural, supera a
los funcionarios de turno y los dramas políticos), hablar de una ruta de izquierda
para Puerto Rico es un error contrario a la historia, a las realidades
puertorriqueñas y a lo mejor para la Isla. Perfeccionar la unión de Puerto Rico
con Estados Unidos es la buena meta.
·
“El pueblo de Puerto Rico quiere la unión permanente
con Estados Unidos. Lo ha demostrado consistentemente. Pero la quiere con el
mayor ejercicio de su autoridad sobre sí mismo que sea compatible con esa
unión”. –Luis Muñoz Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario