El 7 de diciembre de 1941 fue el infame ataque a Pearl
Harbor; en que la maldad, en vez de derrotar, tuvo el efecto de despertar al
gigante Estados Unidos ante la Segunda Guerra Mundial. La victoria que se
alcanzó tras las grandes batallas, sigue resonando e inspirando y educando a
generaciones.
Durante años, se ha estado debatiendo sobre las fallas
administrativas y de seguridad en Pearl Harbor, y sobre si se permitió el ataque
para provocar la participación de Estados Unidos en la guerra (previo al
ataque, la opinión pública en Estados Unidos no apoyaba la participación en la
guerra). En Puerto Rico, no faltan quienes analizan esos temas con el fin de
atacar a Estados Unidos por agendas ideológicas ajenas al estudio histórico
amplio y serio. Más allá de todo análisis, hay realidades que son irrefutables:
1. El 27 de septiembre de
1940 (antes de Pearl Harbor), Japón firmó la alianza con los sistemas
totalitarios de Alemania e Italia. Esa mogolla que confirmó que no todas las
alianzas son buenas, se constituyó en las “Fuerzas del Eje”, opuestas a las
Fuerzas Aliadas. Buscaban crear nuevos ordenes en Europa y en la Gran Asia
Oriental; pero se sabe que no se conformarían con eso y buscarían la supremacía
mundial.
2. Fue indiscutible el gran
liderazgo del presidente Franklin Delano Roosevelt. Procede ver una cita de
Luis Muñoz Marín de 1943: "Mi pueblo de Puerto Rico está peleando esta
guerra por la democracia, con la entera cooperación del presidente Roosevelt y
del gran pueblo de los Estados Unidos, como resultado de la victoria contra los
poderes totalitarios en esta guerra. Seremos libres todos los hombres que
luchamos en este gran momento del mundo por la libertad...". Roosevelt no
solo fue el gran motor del heroísmo en el campo de batalla; en la política
doméstica, fomentó mucha acción social el progreso integral de la nación. Con
relación a Puerto Rico, Muñoz Marín y Roosevelt compartieron la visión de
ideales y obras de justicia social.
3. Ciertamente fue una gran
infamia por pate del gobierno japonés, aparentar que se hacían gestiones
diplomáticas mientras se organizaba y efectuaba el ataque. El objetivo del
ataque era debilitar al enemigo y romper el embargo desatado por los acuerdos de
la alianza las “Fuerzas del Eje” y el expansionismo japonés.
4. La participación de
Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial aseguró la victoria aliada, en una
lucha que fue más que por una nación, por el mundo ante los planes de supremacía
mundial por parte de las alianzas totalitarias.
La historia no terminó con Pearl Harbor.
El 8 de diciembre de 1941 el Congreso de los Estados Unidos aprobó una
declaración de guerra contra Japón, que colocó oficialmente a la nación
norteamericana en la Segunda Guerra Mundial. Alemania declaró a su vez la
guerra a los Estados Unidos.
Se llegó a pensar que sería imposible
derrotar a las fuerzas y recursos militares alemanes y japoneses. Sin embargo, el
presidente Franklin Delano Roosevelt se enfocó en buscar que de alguna forma,
se diera un ataque a Japón que aunque fuese pequeño en escala (debido a la
pérdida de vidas, navíos y recursos en Pearl Harbor), pudiese ser grande en el
efecto psicológico hacia el enemigo, y para elevar la moral aliada.
Ese primer operativo luego de los hechos
de Pearl Harbor, fue dirigido por el teniente coronel James H. Doolittle. Luego de un rápido e intenso entrenamiento,
se logró la misión de los bombarderos que despegaron desde el portaaviones USS
Hornet, los bombarderos que acertaron en objetivos militares de Japón.
Se perdieron los aviones y hubo bajas,
pero Doolittle y los sobrevivientes fueron recibidos como héroes. Los japoneses
trataron de minimizar el impacto del ataque que los tomó por sorpresa, pero el
impacto psicológico se logró. De ese avance, siguió la batalla de Midway en el
Pacífico Norte.
La batalla de Midway
se libró entre los días 4 y 7 de
junio de 1942. Las fuerzas norteamericanas detuvieron los intentos
expansionistas de los japoneses y se inmortalizó el nombre del navío que llegó
a inspirar hasta la más legendaria nave en la frontera final espacial: USS Enterprise.
La construcción del portaviones USS Enterprise CV-6, comenzó el 16 de julio
de 1934 en el astillero de Newport News Shipbuilding and Drydock Co. y finalizó
en octubre de 1936. Ya el nombre Enterprise tenía su historia naval. El
portaviones USS Enterprise, el Gran E, ha sido el más veterano y condecorado
durante la Segunda Guerra Mundial.
El legado de la Enterprise llega hasta la exploración espacial con el
primer transbordador espacial experimental, y hasta la ciencia ficción con Star
Trek (en la línea de la ciencia ficción que se ve haciendo realidad) con la
nave espacial clase Constitución que llega hasta donde no se ha llegado antes.
Cuando más problemas hay, más se busca de heroísmo y ejemplos edificantes. El
heroísmo real se atreva a perseverar, triunfar y fructificar con el más
abarcador amor; y grandes legados siguen fructificando.
Luego del ataque a Pearl Harbor y con las tropas
norteamericanas con líderes de calibre, se definió el triunfo aliado (tuvo
razón el almirante japonés Yamamoto al expresar “Me temo que hemos despertado a
un gigante dormido”). Los mensajes de la batalla de Midway siguen teniendo
vigencia por inspirar al heroísmo. Se evitó que el nazismo triunfara y lograra
la supremacía mundial, y se desarrolló una generación de héroes que sigue
educando e inspirando. La lucha por el bien no ha terminado aún…
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Información:
Videos:
Anchors Aweigh: https://youtu.be/CkdQqBhP9VI
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