Es tradicional la expresión de dar gracias por lo bueno y por lo malo. Esa expresión fue fomentada por el proceso de colonización de hace más de 500 años; no por humildad o espiritualidad, sino para facilitar la colonización con la idea de que es más fácil controlar a personas en conformismo, masoquismo y sumisión.
El lo bíblico, Abraham era riquísimo y Jesús dijo que vino para que tengamos vida en abundancia (abundancia en lo material, lo espiritual, lo emocional, en fin, todas las áreas). El culto a la pobreza va en contra de Jesús y la Palabra.
Sin embargo, procede reconocer que hay dos extremos:
* El culto a la pobreza y el sufrimiento, que engaña con la idea de que a mayor es asez, mayor cercanía con el Señor.
* El desmedido afán por el dinero, que manipula la santidad de la siembra financiera para sacar lo máximo de cada bolsillo.
No hay que confinarse en extremos, podemos ser, hacer y consagrar más. Si de todas formas prefieres dedicar dar gracias por lo bueno y lo malo, es tu derecho; que el Señor vea y premie la buena intencion más allá de las palabras. Si repites el libreto por aparentar, estás muy mal.
De mi parte, ya que la sinceridad facilita la comprensión, doy gracias por la vida, las bendiciones, la misericordia y todo lo bueno, pero no doy gracias por lo malo. Ante lo bueno, se da gracias y se busca crecer en humildad y consagración. Ante lo malo, se analiza en qué medida es consecuencia de errores, y se busca dar gracias, no por lo malo en si, sino por la capacidad de aprender, crecer y levantarse (quien no aprende, seguirá en lo mismo).
Importante: El mensaje de abundancia y prosperidad no busca herir o imponer, sino liberar y bendecir.
Lo esencial para todo creyente y lugar de congregación cristiana: Si alguien pide oración para salir de problemas económicos o legítimamente desea abundancia y prosperidad, NO le niegues ese auxilio y NO le fomentes el extremo del masoquismo o el extremo del egoísmo (es triste tener que callar por no contar con el apoyo de oración; pero es tu oportunidad de tu relación directa con el Eterno). NO le recites el libreto de dar gracias por lo bueno y por lo malo y NO aparentes que oras por solo complacer. Dale lo que desearías recibir de estar en esa necesidad; Dale la real oración por progreso y calidad de vida en el nivel que honra al Eterno y bendice con amor, humildad y generosidad. Si puedes, fortalece la oración con ayuda directa, como un dinero de emergencia, orientarlo para que consiga empleo o un ingreso adicional, o promover su empresa.
El mal no está en el dinero, sino en el amor al dinero. Por consiguiente, ya que nadie se engaña a sí mismo(a), la solución está en desear a los demás lo mejor que se desea para uno mismo: Tener el nivel de abundancia y prosperidad que permita estar libre de deudas, fomentar salud integral, ser parte de las soluciones, glorificar efectivamente al Eterno, y trazar la ruta hacia la Eternidad desde la felicidad, milagros de amor y plenitud en esta tierra.