Captó
mi atención el mensaje de un sacerdote católico sobre el diezmo. El sacerdote
Wilman Fernández Guerrero ya falleció, pero no es el único sacerdote que ha
tocado el tema. El tema del diezmo sigue teniendo relevancia.
El
Concilio de Macon en 585 estableció en su Canon 5 que el diezmo es un mandato
divino. Un dato histórico interesante es que en el siglo XIX la Iglesia
Católica en Puerto Rico pedía el diezmo. En el siglo XX el tema del diezmo
cambió luego del Concilio Vaticano II. Hoy no se pide el diezmo, pero se
reconoce su existencia en la Biblia; están los católicos en libertad de decidir
si diezman o no, y en libertad de ver otras modalidades de diezmar, como las
buenas obras y la caridad.
El
Catecismo establece “la obligación de ayudar, cada uno según su capacidad, a
subvenir a las necesidades materiales de la Iglesia”. No se establece una
cantidad y tampoco se elimina el diezmo. Fomenta contribuir con libertad,
generosidad y amor. Es un hecho que el diezmo y las ofrendas son temas
diferentes.
Ante
todo y ante todos: No es válido condicionar la bendición y la redención a los
diezmos y las ofrendas. Jesús estableció lo definitorio en las buenas obras; y
dijo que vino para que tengamos vida en abundancia (lo que aplica a lo
material, lo espiritual y todos los aspectos de la vida). En todo caso: Hay que
aprender a respetar y honrar al Poder que bendice. Veamos ese principio de
respetar y honrar:
Colocar
a Dios primero en todo es un supremo llamado y una guía fundamental de vida.
Los más sagrados y correctos principios se desvirtúan y corrompen cuando:
·
Se afirma que colocar a
Dios primero es rendir las finanzas.
·
Se cambia la Biblia por
la calculadora para buscar sacra el máximo de cada bolsillo.
·
Se pierde la humildad y
la reverencia al fomentar la idea de que a mayor cantidad de dinero en diezmos
y ofrendas, mayor obligación de Dios para multiplicar.
No
es digno ni correcto crear falsas expectativas o buscar riquezas en base el
trabajo de otros. Tampoco es seguir dando la semilla financiera ciegamente aun
siendo mal administrada en donde se siembra. Hay que buscar y apoyar el buen
terreno; el buen terreno de buena doctrina, sabia administración y real
vivencia cristiana. Voy más allá: Cuando se reconoce cada día de vida como un
regalo de Dios, cada día se renace y sembrar sabiamente se convierte en un
sagrado acto de agradecimiento y adoración.
Es
cierto que hay citas bíblicas que tocan el tema de la multiplicación y de la
Ley de siembra y cosecha. Incluso en Jesús tenemos milagros de abundancia y
sanación, y en la Biblia se encuentra el tema del dador alegre que siembra
abundantemente y cosecha abundantemente. Bendigo a todo dador alegre para que
dé testimonio de que se puede triunfar y prosperar en todo teniendo a Dios
primero.
Sin
embargo, al escribir así, veo que hay factores que deben preceder. Por ejemplo:
·
El examen de conciencia
y la confesión o consejería pastoral.
·
La dinámica del perdón.
En Mateo 5:24 Jesús enseña a perdonar y lograra la reconciliación primero, y
luego a ofrendar.
·
La dinámica de hacer pacto con Dios en forma correcta (tiene
base bíblica hacer promesas y en Puerto rico, un gran ejemplo son las promesas
de Reyes que se cumplen luego de haber recibido lo pedido a la divinidad). No
es lo mismo reclamarle a Dios por haber dado dinero, que la verdadera
introspección, reconocer en qué áreas hay que mejorar y cambiar, ser humilde y
pedir la misericordia de poder fundamentar la concesión de grandes peticiones
en hacer grandes cosas a para Dios.
·
La real oración para
dar dirección a la vida.
·
La decisión de colocar
a Dios primero en todo; consagrando cada detalle cotidiano.
·
El énfasis en las
definitorias buenas obras.
·
Buscar dar testimonios
de restauración e integral edificación.
Adelante
en la vida como causa y vocación de amor.
Estudio
Sobre el Diezmo: https://www.youtube.com/watch?v=UUlSFVniubI
Primicia,
Diezmo y Ofrenda: https://www.youtube.com/watch?v=AXSvBn_IvUE
El
diezmo en la Iglesia Católica: https://www.youtube.com/watch?v=zkcQbifjEnM
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