martes, 13 de junio de 2017

El resultado plebiscitario del 2017...

En la política única de Puerto Rico, el resultado del plebiscito del 11 de junio de 2017, dejó dos grandes grupos proclamando victoria:
1.    El liderato estadista proclamando que triunfó la Estadidad con más de 90% de los votos emitidos y contabilizados.
2.    El liderato que apoyó el boicot, proclamando que triunfó el rechazo a la consulta por vía de la abstención. Unos objetaron el proceso y que se excluyera al ELA, y otros argumentan que no participan si se incluye al ELA. Ante eso, he escrito que todo líder y candidato del PPD que tenga un pensamiento contrario al ELA y/o al concepto de unión permanente de Puerto Rico con Estados Unidos, debe considerar seriamente rectificar, o emigrar al movimiento político más afín a su ideología personal.

No es correcto comparar un plebiscito con una elección general y cada evento electoral es único. Hoy, con realidades como la Junta de Control Fiscal, analizar con óptica del pasado es un error. Otro hecho es que de haberse mantenido la papeleta de dos columnas y haber prevalecido el junte-mogolla de izquierda con la participación vista el 11 de junio, hubiesen proclamado victoria sin pensar en quienes no votaron.

Ante el resultado plebiscitario, la Casa Blanca optó por seguir el debido proceso (que no es zapatearse del tema, sino canalizar): “Now that the people have spoken in Puerto Rico, this is something Congress has to address” (palabras del Secretario de Prensa del Presidente, lo que constituye la voz del Ejecutivo).

Por la experiencia histórica de todos los trámites plebiscitarios y de status, se sabe que le toca al Congreso tomar acción. Es cierto que lo ideal es no enfocarse en el tema del status político, sino en solucionar la crisis y promover la restauración del país. También es cierto que la realidad de la Junta de Control Fiscal surgió por una deuda causada por malas prácticas administrativas, no por el ELA.

Enfocar demasiado lo del status y no tocar la raíz del problema en la mala administración, se presta a hacerle el juego a quienes buscan perpetuar las malas prácticas administrativas y beneficiarse de eso. Sin embargo, es inevitable atender el tema del status para buscar más estabilidad y mayores herramientas de desarrollo integral.

En un mundo imperfecto, el resultado plebiscitario puede ser un medio para buscar soluciones salomónicas ante la participación y el boicot. Estamos en una nueva etapa evolutiva y hay que obrar a la altura de eso. Se necesita armonizar todo avance constitucional con una vitalidad democrática que potencie el poder del voto para hacer patria. Objetivamente, ante el éxodo de Puerto Rico hacia los Estados Unidos (no hacia otros destinos), y la realidad de que la nación norteamericana evoluciona como nación multicultural (algo que en lo cotidiano y en cada testimonio de echar pa’lante sin perder la herencia cultural, supera a los funcionarios de turno y los dramas políticos), hablar de una ruta de izquierda para Puerto Rico es un error contrario a la historia, a las realidades puertorriqueñas y a lo recomendable para la Isla. Que los nuevos pasos en el tema del status, propendan a perfeccionar la unión de Puerto Rico con Estados Unidos.

·         “El pueblo de Puerto Rico quiere la unión permanente con Estados Unidos. Lo ha demostrado consistentemente. Pero la quiere con el mayor ejercicio de su autoridad sobre sí mismo que sea compatible con esa unión”. –Luis Muñoz Marín

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