En el 2019, la
película “Captain Marvel” protagonizada por Brie Larson, es un gran éxito. Hoy
es justo reconocerlo así, pero es más justo recordar un detalle significativo:
Cuando se anunció
que Brie Larson interpretaría a Captain Marvel y circularon las primeras
imágenes de producción, hubo muchas críticas negativas. Pedía una protagonista
con marcada musculatura o sobresaliente voluptuosidad.
Brie Larson ha
cautivado y dominado la escena gracias a la expresión facial y los ojos. Eso en
sí, es toda una lección de vida: La mayor fuerza no está en el mollero, la imposición
a la fuerza o la expresión hiriente, sino en el bien, lo salomónico y el amor.
En la película,
tienen gran importancia los recuerdos. Se trata de un tema que permite
contemplar algo de relevancia: Los momentos definitorios.
Para Captain
Marvel, son los momentos definitorios las escenas formativas en que tiene que
levantarse. Parta muchos, los momentos de no rendirse y levantarse son los que
definen mucho, propician evolución y dan luz al mundo.
Vivimos tiempos
en que se fomenta que, a la primera diferencia de opinión, cada persona tomo un
rumbo diferente. Hay casos en que eso es correcto, pero en la mayoría de los
casos no es así. Si la separación imperara siempre, no habría amistades,
familias, hermanos, parejas ni matrimonios. En los más admirables y
aleccionadores casos:
·
Se opta por no romper
lazos ante un respuesta o expresión negativa, y al buscar la comunicación
reparadora se emplea todo medio disponible para restaurar; no por fijación
enfermiza, sino porque en verdad se respeta y se ama.
·
Se opta por no
renunciar para forjar un buen hogar.
·
Se opta por no
renunciar a seguir estudiando y creciendo.
·
Tal como Brie Larson
brilla con la mirada, se opta por no cerrar puertas a la comunicación y al
diálogo; mirando a los ojos y comprendiéndose las conciencias.
·
Se opta por no
renunciar a la fe aunque haya ciertos líderes religiosos que fallan en las
peores formas, o personas en roles ministeriales que no dan buen ejemplo.
·
Se opta por no
renunciar al amor; no por utopías o para complacer a otros, sino por el
convencimiento en el Mayor Proyecto de Vida a consagrar en el luminoso
nosotros.
Para mí, un
momento definitorio fue pronunciar la Invocación en 1985 en mi graduación en
Ponce High. Invoqué la excelsa presencia del Señor al estar todos ante
umbrales. Otro momento definitorio fue cuando en el 2015 acepté volver a
estudiar (habiendo completado el Bachillerato en 1990). Pude dar motivos para
el no, pero dominó el deseo de un sí para dar un revolucionario testimonio.
He vivido otros
momentos definitorios, como cuando falleció mi padre en forma sorpresiva, o las
vivencias en torno a la enfermedad y el fallecimiento de mi madre. Hubo también
factores definitorios en torno al proyecto del libro de mi clase Graduada de
Ponce High de 1985. Lo grande es que cada nuevo amanecer, si se ve como un
nuevo milagro de vida, tiene una esencia definitoria.
De los momentos
definitorios más icónicos, puedo destacar los que enseñan:
·
Que la vida es
demasiado valiosa y bonita para perderla en contiendas, y perdonar libera más a
quien perdona que a quien es perdonado;
·
Que la oración no se
confina en protocolos y abre el corazón;
·
Que se honra a los
padres (en vida y en su memoria cuando han partido) pensando en cómo se
sentirían antes de tomar unas decisiones;
·
Que las ideologías políticas
y religiosas no justifican sentir que se posee la verdad y crear enemistades; es
la forma de transmitir el mensaje civilizado y saber escuchar por buenos
ideales humanos lo que mejor habla de la fe y los valores que se tienen;
·
Que reconocer los
propios errores que se cometen y buscar superarlos positivamente abona a evolucionar,
tener comprensión y empatía, y el sentido de responsabilidad es crecer en humanidad,
credibilidad y sensibilidad; y
·
Que al buscar del
Altísimo cuando todo parece estar perdido, es un paso notable que enaltece la
humildad y hace un nuevo ser en la medida que no se olvida lo expresado en la
crisis y antes de ser estabilizado el ambiente luego de la tempestad.
Demos gracias
con la determinación libre de colocar a Dios primero en todo. Demos vida a la
vida. Demos magia a cada etapa mediante el buen ánimo de juventud que supera lo
cronológico y es corazón gigante de alegría y sabia perseverancia. Demos nuevos
alcances a la fe; mediante las buenas obras y más mediante la capacidad de no
renunciar, tender puentes y edificar. Demos valor a las canas y los años, ya
que si se piensa en la misma forma que cuando se culminó la etapa escolar,
entonces lo vivido hubiese sido una pérdida de tiempo. Demos heroísmo a las
nuevas etapas mediante la mirada poderosa que ama, ilumina y transmite integral
paz de conciencia.
Official Trailer: https://www.youtube.com/watch?v=Z1BCujX3pw8
Featurette: https://www.youtube.com/watch?v=NUUiggzwv8I
No hay comentarios:
Publicar un comentario