viernes, 20 de diciembre de 2019

En tiempo navideño y más allá: Demos Gracias a Dios por lo bueno, NO por lo malo.


En momentos en que se acentúa la mirada y reflexión sobre el cumpleaños del Redentor, es inevitable que se repita el libreto de dar gracias por lo bueno y por lo malo. Una de las citas bíblicas para sostener eso, viene de Job 1:21 y dice: “El Señor dio y el Señor quitó; bendito sea el nombre del Señor”.

Esa cita NADA tiene que ver con la Acción de Gracias y el tiempo navideño. Esa cita tiene que ver con el drama específico de Job. Otra cita bíblica, de 1 Tesalonicenses 5:16-18, dice: “Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús”.

Esa cita no busca agradecer males y calamidades, sino fortalecerse en el Señor. Con el paso de los años, el libreto de dar gracias por lo bueno y por lo malo, se ha desnaturalizado, trivializado, desvirtuado y hasta corrompido.

Lamentablemente, lo que pudo haber comenzado bien en el concepto de dar gracias por lo bueno y por lo malo, se perdió. Hoy es algo que se presta para:

·         Fomentar indiferencia ante las genuinas peticiones de ayuda.

·         Fomentar masoquismo y conformismo.

·         Fomentar el error de que a mayor sufrimiento y escasez, mayor cercanía con el Señor; sin aplicar tal concepto al liderato religioso.

·         Fomentar incredulidad y resignación.

·         En los peores casos, crear todo un mensaje para concluir que con una ofrenda especial se reparan daños y se adelantan las soluciones.

Ha llegado el momento de dar luz, superar engaños, y crecer consagradamente. Dar Gracias por lo bueno y no por lo malo, se manifiesta en formas como las siguientes:

·         Si un golpe fuerte, como una enfermedad o una crisis mayor, lleva a buscar más del Señor, NO se agradece el golpe; se agradece la revelación y decisión de buscar levantarse y no buscar hundirse más.

·         Si en Acción de Gracias y el tiempo navideño no se tienen medios económicos para hacer todo lo que se desea hacer, NO se agradecen las limitaciones; se agradecen la vida y la fe de poder cambiar la situación y consagrar las nuevas victorias.

·         Si hay depresión, NO se acepta con la idea de que hay que dar gracias por lo malo también; se busca ayuda para superarla.

·         En el carácter fuerte, NO se agradece romper lazos; se evoluciona en los pasos de reconciliación, restauración, edificación, en fin, de amor.

·         En la búsqueda de un desarrollo espiritual, NO se ve que hay que sufrir y que el bien es solo para más allá de esta vida; se busca comenzar el bien en este mundo.

En Juan 10:10 Jesús dice que vino para que tengamos vida en abundancia. Esa abundancia no se limita a lo espiritual, toca también lo material y todas las áreas. La Biblia tiene citas en que exalta la pobreza, pero no significa que prosperar sea malo. Lo malo no es el dinero, sino el amor al dinero.



Lo grande es que el contenido bíblico que establece la bendición que armoniza todas las áreas y no excluye lo material, dice en 3 Juan 1:2: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”.

Puedo anticipar que no todos estarán de acuerdo con el nuevo paradigma de dar Gracias a Dios por lo bueno, NO por lo malo. Puede generar hasta debates. Prefiero que antes de rechazar el concepto, se le dé profundo pensamiento y que podamos coincidir en validar el poder del Señor de obrar milagros y de hacerse presente en uno.

El fracaso y abrazar el conformismo no glorifica al Creador. Las mejores intenciones de acción social quedarían en solo palabras sin los medios materiales de implantación. Aprendamos a dar Gracias por lo bueno, con el ánimo de ser siempre humildes. Que esa humildad sea inherente a colocar al Señor primero en todo, a no caer en soberbia y arrogancia, y al superar cada crisis y motivo de dolor se exalte el nuevo ser que evidencia que funciona la perseverancia en la fe y el buen camino.

Con esa conciencia, doy gracias a Dios por mis padres que están en el cielo, por amistades significativas y los buenos educadores (los que honran la vocación y los que educan con sinceridad y humildad aún sin título; y maestros que van desde los grados primarios hasta el líder Rafael Hernández Colón), por tanta gente buena en la jornada, por almas con liderato positivo que me inspiran, por todos que han aportado bien a mi formación, por logros y los motivos para seguir adelante y por la decisión de no renunciar al Proyecto de Vida. Adelante… En tiempo navideño, al despedir un año y comenzar un nuevo año, Demos Gracias sabia, heroica y constructivamente.










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