1985 fue Año
Internacional de la Juventud. Comenzaba un nuevo cuatrienio. No recuerdo cada
detalle de ese tiempo navideño, pero sí puedo comunicar lo siguiente: El 31 de
diciembre de 1985, expresó el Papa Juan Pablo II:
·
“Nos acercamos a esta
hora en la alegría de la Navidad, la alegría a la que se llama toda la
humanidad y toda la creación.
Miramos hacia la gruta
de Belén, arrodillémonos, junto con María y José, con los pastores, con los
sabios de Oriente antes del Verbo Encarnado, y profesamos junto con el
evangelista: ‘De su plenitud todos hemos recibido y gracia sobre gracia’ (Juan
1,16).
Que después de la
gracia del año que está por terminar, nos llega la gracia del año que viene.
‘¡Cantemos una nueva
canción al Señor’!”
Se puede coincidir en
esas palabras superando ideologías o incluso sin congregarse. En diciembre de
1985 ya me había graduado de Ponce High y comenzaba la ruta del bachillerato en
la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico.
En el 2019 se cumplen
34 años. Puerto Rico vive una seria crisis y enfrenta retos antes impensables.
A nivel Isla, la crisis fue causada por malas prácticas administrativas, no por
el sistema constitucional. En ese escenario, lo mejor de la nueva esperanza se
nutre de la capacidad para crear nuevos paradigmas y generar nuevos
testimonios.
Jóvenes de la Clase
Graduada de 1985: Recuerdo la visión al pintar obras en la clase de Arte.
Recuerdo los talentos manifestados en las presentaciones en clase. Recuerdo la
energía en los deportes y el alma inspirada en la música y el coro. Recuerdo el
empeño al cumplir tareas y tonar exámenes. Recuerdo amistades. Recuerdo a los
educadores y a mis padres en pleno vigor. En fin, sentíamos la fuerza capaz de
cambiar al mundo.
Con el paso de los
años, procede armonizar el idealismo con el pragmatismo. Con esa conciencia, el
que no todo haya resultado según lo soñado o planado, no significa que todo
está perdido. Al hacer inventario de lo vivido, cada logro llama a ser humilde
y cada caída llama a ser perseverante. Todo llama a crecer como seres humanos y
progresar en la forma que el testimonio vivifica y da luz al mundo.
Es comprensible y
natural que pueda surgir la pregunta de qué recomendarían Juan Pablo II,
nuestros padres y educadores, y líderes que admiremos. Ya no me pregunto eso.
Me planteo cómo lo que se vive puede armonizar con eso y hasta superarlo.
Jóvenes de la Clase
Graduada de 1985: En este tiempo navideño de 2019, doy gracias a Dios por lo
vivido y abrazo la nueva esperanza. En cada detalle podemos crear paradigmas.
Por ejemplo, podemos volver a estudiar, y hasta ser innovadores en la vocación
y/o publicar libros y dar talleres de vida. Podemos fomentar más comprensión,
tender puentes y consagrar paz integral. Podemos ejemplificar los alcances
forjadores de la amistad, la restauración y la edificación. Podemos evolucionar
en la oración sin fronteras religiosas, y dar el consejo que ilumina. Podemos
desarrollar nuevas empresas. Podemos hacer una diferencia significativa en
donde estemos. Podemos creer, crecer, crear y desarrollar con el ánimo que
ilumina un salón de clase y un sueño que se realiza..
Adelante… En tiempo
navideño, al despedir un año y comenzar un nuevo año, vivamos y fructifiquemos
en el nuevo espíritu de juventud sabia, heroica y constructivamente.
·
“¡Cómo de distinta sería nuestra vida si aprendiésemos de verdad, día a
día, a trabajar, a pensar, a construir juntos!”. –Papa Francisco
·
“Los tiempos exigen que el espíritu se eleve. Los tiempos exigen que se
comprendan los imperativos del deber, que nuestro viaje por la vida sea una
experiencia de crecimiento moral, de modo que al final de la vida seamos
mejores seres humanos que cuando comenzamos”. –Rafael Hernández Colón
Back
to the Future: https://www.youtube.com/watch?v=T_WSXXPQYeY
Thank
God It's Christmas: https://www.youtube.com/watch?v=EIfZXSXRsYI
No hay comentarios:
Publicar un comentario