El 22 de abril de 2021, el Día del Planeta Tierra ha coincidido con el mundo enfrentando la Pandemia del Coronavirus, sus nuevas cepas y la vacunación. Es evidente un patrón histórico de pandemias cada siglo. Ante eso, se ha hablado de lo "positivo" de reducción de contaminación ambiental cuando se limitan las actividades, pero hay que ver eso con cuidado.
Es inaceptable adjudicarse el poder de afirmar que Dios está purificado, o que hay algo "bueno" a costa de tantas muertes por el Coronavirus. Sólo una mente confundida, enferma o al extremo conformista (con dosis de masoquismo) puede proclamar "lo bueno" a costa de tantos dolores.
No es mi propósito ser irrespetuoso hacia quienes aceptan esa idea con inocencia o buena fe. Es mi propósito colocar sobre el tapete, el mensaje de que si la naturaleza puede despojarse de contaminantes, el ser humano se puede despojar de los contaminantes de odios, contiendas y de divisiones.
Es cuestionable afirmar que Dios permite la Pandemia; pero el escenario es tan complejo que puede haber quienes necesiten escuchar ese libreto para recordar la supremacía de Dios. Otros podrán llegar a ese entendimiento en otras formas. Basta con recordar que ante los enfermos, Jesús sanaba y no decía que había un propósito en la enfermedad. Procede recurrir a la Palabra de vida y la Divina Misericordia.
No es tiempo de desviar la Palabra de eso, o abusar el estilo de hacer sentir culpable. Es tiempo de unir a todos en la causa de protección, vida y salud. Es tiempo de dar gracias a los profesionales de la salud, a las familias de pacientes, al desarrollo de vacunas y curas, y a las almas que se crecen en las luchas.
No es tiempo de aprovechar la crisis para agendas ideológicas y/o egoístas. Es tiempo de reconciliación, restauración y nueva etapa de edificación.
No es tiempo del refrán conformista de "no hay mal que por bien no venga". Es tiempo de crecer como personas y como humanidad ante un nuevo ciclo.
El ser humano no ha sido virus para la naturaleza; incluso validando las teorías que adjudican el origen del virus al ser humano, son seres humanos bien enfocados lo que pasan a ser canales de bendición. La humanidad es gran creación de Dios. Lo que ha hecho daño está en la tentación y el pecado, las ambiciones desmedidas y la soberbia. Hay errores que corregir y mucho que restaurar, pero nada justifica fomentar ideas arcaicas y echar sal a heridas.
Voy más allá: En el futuro, habrá generaciones que reconozcan estas fechas al ver las imágenes con mascarillas. La forma en que nos vean o recuerden, dependerá de lo que hagamos hoy.
Es tiempo de ser solidarios con fallecidos, enfermos, amistades y familiares. Es tiempo de trazar la sabia reactivación en un debido proceso; con la visión de forjar una realidad mejor a la que había antes del virus. Es tiempo de entender que lo bueno no está en la calamidad y el dolor, sino en la capacidad de crecer, amar, levantarse y forjar.
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Video:
Himno a la Alegria: https://youtu.be/lKPWZi25DA0
Panic Attack: https://youtu.be/Lbg5FfAv5wA
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