Están a la venta las películas “Thor” y “Captain America, The First Avenger” (en ese orden fueron presentadas en el cine. Chirs Hemsworth personifica a Thor y Chris Evans personifica a Capitán América.
En esta ocasión, no entraré en los acostumbrados detalles de cuando se analizan películas. De esas películas que recomiendo adquirir, compartiré dos puntos que dan origen a mi texto de hoy:
1. Thor desarrolló el gran valor heroico cuando despojado de poderes, superando la arrogancia que no respeta la fuerza y las responsabilidades inherentes a la misma, hizo la mayor demostración de humanidad que se genera por el poder del amor.
2. Capitán América desarrolló el gran valor heroico antes de recibir el suero y los rayos que le dieron tanta fuerza, cuando siendo aparentemente débil, no se rendía ante los golpes, no toleraba a los abusadores y estaba dispuesto a darlo todo.
Ambos puntos coinciden en que porque nos define lo que vivimos, hace falta que de lo más profundo de cada cual, surja la decisión de optar por el amor, la humildad, la valentía y la capacidad para seguir adelante por los propósitos que en verdad sean luz.
No es imposible vivir lo heroico. Se puede aspirar a ser mejores seres humanos cada día. Se puede buscar fundamentar las grandes peticiones a Dios en cumplir grandes promesas como pacto solemne y sagrado. Se puede aspirar a prosperar con sabiduría y hacer la diferencia. Porque nos define lo que vivimos, Dios ilumine a todos.
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