La Ley Núm. 148, del 30 de junio de
1969, según enmendada, que es comúnmente conocida como la Ley del Bono de
Navidad, dispone que “el pago del bono que por este capítulo se establece se
efectuará no antes del día 1 ni después del 15 de cada mes de diciembre excepto
en aquellos casos en que el patrono y sus trabajadores o empleados de mutuo
acuerdo convengan en otra fecha”.
En 1969, el gobernador Luis A. Ferré
promovió la legislación de Bono de Navidad. En ese cuatrienio, el Presidente
del Senado era Rafael Hernández Colón. En el libro “Vientos de cambio” de
Hernández Colón, establece lo siguiente:
·
“Se aprobó el
proyecto del bono
de Navidad de Ferré y se extendió su beneficio a los empleados municipales y a los de
corporaciones públicas”.
La buena idea de justicia pudo más
que cualquier diferencia, por lo que es triste cuando el bono no se concede, o
se concede en forma reducida. Reducir o no conceder el Bono de Navidad, no
fomenta que el país pueda recuperarse. El tema es reflejo de la crisis actual.
Buscar dar el Bono debe ir de la mano con el fin superar la crisis en la base de
una sociedad grande por su sentido de Patria Con Progreso Para Todos.
El debate sobre lo salarial e
incentivos como el Bono de Navidad, se ata con lo histórico: Una evidencia de esa
afirmación está en la emigración que se origina en la búsqueda de mejores
salarios, beneficios justos, y oportunidades.
El debate sobre lo salarial, se ata también
con lo cultural: En el país se fomenta el conformismo. Es bueno dar gracias por
el sustento o por un bono reducido, y no está mal el pensamiento de “es mejor
media libra de pan que ningún pan”, pero cuando se busca manipular eso para
nunca dar el máximo de salario y el mejor bono posible, se cae en abuso.
Recuerdo que conocí a alguien que
trabajó en Nueva York y destacaba que aprendió mucho de empresarios japoneses y
empresarios judíos. Decía:
·
El empresario japonés no coloca a un empleado en una
alta posición de primera intención. Esa persona debe trabajar en todos los
niveles, desde lo más inferior, para que cuando llegue a lo alto, esté probado,
conozca la empresa y desarrolle compromiso. Eso no da espacio al discrimen y al
paracaidismo.
·
El empresario judío exige un buen trabajo y paga lo
justo. Cree que en la medida que premia al trabajo bien hecho y la
productividad, se motiva y se logra más. Eso no da espacio al abuso, a la
injusticia y a premiar el ocio.
Con conformismo es difícil que un
país alcance sus mayores niveles de desarrollo, y no sirve bien la doctrina de
buscar dar lo menos posible a los empleados indistintamente de ganancias. Sin
motivación en la fuerza laboral y con éxodo, no se adelanta mucho. Cuando --mediante
factores como el mejor salario posible y bono excelente, el real apoyo en casos
de necesidad, las más óptimas condiciones de trabajo, y otros que humanizan y
dignifican-- el empleado es parte esencial del progreso y crecimiento de la
empresa, fomentar compromiso y productividad es más realizable.
En San Juan 10:10, Jesús dice que
vino para que tengamos “vida en abundancia”, por lo que educar para progresar,
prosperar y tener bendición para bendecir, y aspirar a forjar un Puerto Rico
próspero en todo bien, es algo bueno, digno y grande.
En un mundo creado sin fronteras, es
bueno que la Isla se nutra de las experiencias que funcionan bien, con el
propósito de dar cátedra de desarrollo integral, plena justicia y bienestar en
nuestra extensión territorial.
Texto: http://www.elnuevodia.com/negocios/empresas/nota/788empresasnopagaranelbonodenavidad-2270611/
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