Durante años, se ha debatido en
Puerto Rico sobre el punto de que el salario mínimo federal equivale a aumento
en el desempleo cuando empresas no pueden absorber el mismo. Ante eso, se
argumenta que el salario mínimo federal es justicia social.
En diciembre del 2016, es noticia
que el doctor José Caraballo Cueto, es autor de un estudio académico sobre el
salario mínimo que concluyó, que eso no es un problema para el desarrollo
económico de Puerto Rico. Ve lo positivo en el salario mínimo federal para
fomentar “un aumento en el poder adquisitivo”.
El debate sobre lo salarial, se ata
con lo histórico: Una evidencia de esa afirmación está en la emigración que se
origina en la búsqueda de mejores salarios y oportunidades.
El debate sobre lo salarial, se ata también
con lo cultural: En el país se fomenta el conformismo. Es bueno dar gracias por
el sustento y no está mal el pensamiento de “es mejor media libra de pan que
ningún pan”, pero cuando se busca manipular eso para nunca dar el máximo de
salario posible, se cae en abuso.
Recuerdo que conocí a alguien que
trabajó en Nueva York y destacaba que aprendió mucho de empresarios japoneses y
empresarios judíos. Decía:
·
El empresario japonés no coloca a un empleado en una
alta posición de primera intención. Esa persona debe trabajar en todos los
niveles, desde lo más inferior, para que cuando llegue a lo alto, esté probado,
conozca la empresa y desarrolle compromiso. Eso no da espacio al discrimen y al
paracaidismo.
·
El empresario judío exige un buen trabajo y paga lo
justo. Cree que en la medida que premia al trabajo bien hecho y la
productividad, se motiva y se logra más. Eso no da espacio al abuso, a la
injusticia y a premiar el ocio.
Con conformismo es difícil que un
país alcance sus mayores niveles de desarrollo, y no sirve bien la doctrina de
buscar dar lo menos posible a los empleados indistintamente de ganancias. Sin
motivación en la fuerza laboral y con éxodo, no se adelanta mucho. Cuando --mediante
factores como el mejor salario posible, el real apoyo en casos de necesidad, las
más óptimas condiciones de trabajo, y otros que humanizan y dignifican-- el
empleado es parte esencial del progreso y crecimiento de la empresa, fomentar
compromiso y productividad es más realizable.
En San Juan 10:10, Jesús dice que
vino para que tengamos “vida en abundancia”, por lo que educar para progresar,
prosperar y tener bendición para bendecir, y aspirar a forjar un Puerto Rico
próspero en todo bien, es algo bueno, digno y grande.
En un mundo creado sin fronteras, es
bueno que la Isla se nutra de las experiencias que funcionan bien, con el
propósito de dar cátedra de desarrollo integral, plena justicia y bienestar en
nuestra extensión territorial.
Texto: http://www.wipr.pr/estudio-concluye-que-no-es-cierto-que-el-salario-minimo-en-pr-es-un-problema/
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