miércoles, 4 de febrero de 2015

Un certamen de belleza en la Biblia, educa mucho.

Hay quienes critican los critican los certámenes de belleza y en los peores casos, se pretende estigmatizar el cuido personal como signo de algo pecaminoso o vanidad. Ciertamente todo exceso es negativo, pero en principio fomentara\ sana autoestima es algo bueno. Acentuar la belleza y los méritos de la mujer tiene trascendencia, ya que Dios se creció al crear a la mujer.
                      
En verdad es censurable que se tergiverse la Biblia para justificar estilos y mensajes de cainismo y maltrato. Es triste cuando a una mujer se le impide acentuar su hermosura creada por Dios y desarrollar el máximo de sus capacidades por teorías que nada bueno aportan. Eso es criminal y no va en línea con la Palabra.
                           
Por ejemplo, información sobre el libro de Ester nos dice:  
·         Escrito por un anciano judío llamado Mardoqueo, el libro abarca un período de aproximadamente dieciocho años del reinado del rey persa Asuero…”.
·         “En el tercer año de su reinado (493 antes de nuestra era), Asuero celebra un banquete en su palacio. La reina Vasti, famosa por su belleza, pierde el favor del rey y es despojada de su título. Una judía de nombre Hadassá es elegida de entre todas las vírgenes hermosas del país para sustituirla. Obedeciendo las instrucciones de su primo Mardoqueo, ella oculta su nacionalidad judía y emplea su nombre persa, Ester”.

En términos literales, Ester debió prevalecer en un certamen de belleza de alcances mayores a lo que hoy se contempla como un certamen de belleza. Sin embargo, es bien similar el concepto de preparación previo al evento y de buscar brillar en todos los sentidos para prevalecer y consagrar todo lo inherente a la ruta victoriosa.

La Biblia es clara en que Ester “era de hermosa figura y de buen parecer:”, por lo que no es propio pretender estigmatizar la belleza, el atractivo y el cuido personal como signo de algo pecaminoso o vanidad. La Biblia es clara en que las aspirantes debían estar doce meses en preparación antes del evento ante el rey; eran seis meses con óleo de mirra y seis meses con perfumes aromáticos y aceites de mujeres. Eso confirma que es de Dios maximizar lo encantador, inspirador y aleccionador.

En el relato bíblico, Ester brilló por el valor, los dones y la gran belleza física que nace del interior (confirma que puede haber belleza externa con suprema belleza interna), y Dios obró por medio de ella. Con sumo respeto y sinceridad, y sin ánimo de caer en sacrilegio, veo esa capacidad en la gran alma con dones, belleza inenarrable, energía, llamado único y presencia sin igual con el nombre artístico de Melina León.

Ciertamente Dios emplea los medios que Él desea para responder y edificar; Melina es uno de esos medios; al igual que toda mujer que redefine y perfecciona la belleza y los domes. De perseverar con sabiduría, amor y valor se trata la vida. Adelante…






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