El 6
de julio de 1987, al nombrar a la CPA Ileana Colón Carlo para ser la primera
mujer Contralor de Puerto Rico, dijo el entonces gobernador Rafael Hernández
Colón que con ese nombramiento “la mujer puertorriqueña da otro paso de avance”.
Colón Carlo, quien estuvo acompañada por su señora madre en la actividad, dijo:
·
“La función del Contralor de Puerto Rico es la de
fiscalizar las cuentas, los ingresos y los desembolsos del Gobierno. Esta
encomienda, que el Gobernador ha depositado en mí, la trabajaré con firmeza,
para asegurar que los fondos del pueblo de Puerto Rico sean utilizados como se
dispone”.
El 30 de
septiembre de 1987, Ileana Colón Carlo juramentó como la primera mujer para
dirigir la Oficina del Contralor. En esa actividad, dijo el gobernador
Hernández Colón:
·
“El día de hoy es especialmente significativo por lo
que supone a nuestro gobierno democrático y a todos los que creemos en la
justicia y la imparcialidad de la ética gubernamental, el puesto de Contralor
del Estado Libre Asociado. La figura del Contralor, según enmarcada en la
Constitución de nuestro país, cumple una función trascendental en la lucha
contra la corrupción y en el examen estricto de la legalidad de los desembolsos
del gobierno. A la Rama Ejecutiva del Gobierno, le corresponde velar por la utilización
eficiente de los fondos; a la Oficina del Contralor, adscrita a la Rama
Legislativa y provista por la Constitución de independencia y autonomía, le
corresponde la auditoría de estos desembolsos; para asegurar que se hayan hecho
de acuerdo con la Ley...
Ileana Colón Carlo, será de hoy en adelante la representante del
ciudadano en la fiscalización del Gobierno, de modo que a este pueblo se le
rindan cuentas. La Constitución otorgó la mayor independencia a este cargo. De
hoy en adelante Ileana Colón Carlo, la tendrá. Fue nominada por mí, confirmada
por ambas Cámaras Legislativas, pero de ahora en adelante, ella le responderá solamente
a su conciencia y al pueblo de Puerto Rico”.
Ante esa misión,
expresó Colón Carlo:
·
“Nos compete a todos velar y ser parte de las acciones
encaminadas a lograr un gobierno de excelencia y un Puerto Rico mejor. De modo
que exhorto a todos a no convertirnos en cómplices de actos de corrupción al
hacernos de la vista larga, cuando por ejemplo participamos en un proceso de
subasta viciado y no lo enunciamos…
Trabajaremos con firmeza para asegurar que los fondos públicos sean
utilizados conforme lo dispone la Ley y los reglamentos y no para beneficio de
persona alguna dentro y fuera del servicio público. Nuestro compromiso es con
el pueblo de Puerto Rico”.
Esa “firmeza”
caracterizó a Colón Carlo en todas sus gestiones al servicio del país. Recuerdo
cómo legisladores de los dos partidos principales se sentían mal cuando ella
comparaba los altos costos de la Legislatura de aquí con los costos de Legislaturas
en Estados Unidos. Para cuestionar ese ejercicio, señalaban que la Oficina del
Contralor es una criatura de la Legislatura. Sin embargo, pudo más en la
conciencia colectiva e histórica, el entendimiento de que no debe haber frenos
al llamado a la prudencia.
La
realidad es que la Contralor se ganó admiración y respeto, y sus palabras
siguen teniendo vigencia. Fue educadora universitaria y en sus expresiones
públicas se le reconocía autoridad y credibilidad. A su autobiografía le dio el
título de “Cosas de la Vida”. Ante la noticia de su fallecimiento en el 2018, se
reconoce cómo nutrió de dignidad su vocación; con la conciencia de que hay
tanto la inmortalidad definida por la fe, como la inmortalidad manifestada en
los recuerdos, las luchas y los mensajes que siguen. Haya gozo para el alma de
Colón Carlo y paz para su familia, y que sigan sus lecciones edificando a
generaciones.
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