jueves, 2 de mayo de 2019

Ante la partida de Rafael Hernández Colón, mi alma llora y agradece…



En la mañana del 2 de mayo de 2019, todo parecía normal en la jornada laboral y cotidiana. De momento, alguien con ojos llorosos me dijo “se nos fue”. No logró articular el nombre, pero en el silencio supe que se trataba de Rafael Hernández Colón.

Quedé mudo. Con un llanto en tal nivel desde el alma, que no se vieron mis lágrimas en mi rostro. Las lágrimas que permanecen dentro son las que más se sienten. Una lluvia en este día, fue para mí señal inequívoca de que un alma noble y grande se fue al cielo. Lo mismo pasó en los días que fallecieron mis padres.  

En el transcurso de las horas, mi memoria fue viendo diferentes recuerdos en torno a Hernández Colón. En ese mosaico, una escena fue el recuerdo de que el mensaje de Hernández Colón me convención en 1980, cuando aun no tenía edad para votar.  

No solo fue el mensaje, sino también el poderoso jingle de “Rafael, Puerto Rico cree en él”. No solo fue la intensidad de una campaña política y la entrega de Rafael en la causa, sino también la vigencia del pensamiento, la energía y la obra de Luis Muñoz Marín. No solo fue la base histórica del Partido Popular Democrático y la validez del Estado Libre Asociado, sino también la forma en que Hernández Colón fomentaba la capacidad visionaria y unificadora, el vivo cristianismo y el real patriotismo.

Hoy, destaco al gran líder y maestro que fue y es Rafael Hernández Colón. Rafael vive en su legado, lecciones y la Fundación que honrosamente lleva su nombre. Hernández Colón brilló como sobresaliente estudiante y buen servidor público. Una trayectoria paso a paso, le llevó a juramentar como Gobernador del Estado Libre Asociado de Puerto Rico en 1973, 1985 y 1989.

En su primera administración en los '70, logró que la Isla se mantuviera a flote ante la mayor crisis económica de nivel mundial. En su segunda administración en los '80, logró un impresionante proceso de restauración, crecimiento y progreso de la patria. La ruta ascendente del buen camino le llevó a la reelección en 1988. Se retiró en 1992 con la frente en alto y serenidad por el deber bien cumplido.

Si admirable es el legado y ejemplo de Hernández Colón como profesional, líder y gobernante, más admirable es su luz como ser humano y cristiano, manifestada en sus textos y obras que trascienden lo partidista y lo electivo. Su ideología en verdad hace y consagra patria. Con admiración, respeto y gratitud, veo que su causa tiene vigencia y poder. De todos los mensajes que he visto y leído del líder y maestro Rafael Hernández Colón, siempre me inspira mucho lo siguiente:
·         “Los tiempos exigen que el espíritu se eleve. Los tiempos exigen que se comprendan los imperativos del deber, que nuestro viaje por la vida sea una experiencia de crecimiento moral, de modo que al final de la vida seamos mejores seres humanos que cuando comenzamos”.

Sigo creyendo en él, en Rafael. Ante la partida de Rafael Hernández Colón, mi alma llora y agradece… Mi alma llora ante la ausencia física. Mi alma agradece dos grandes regalos de Dios:
·         Los padres que tuve.
·         El haber podido compartir personalmente con el gran líder que sigo admirando y hacer tareas para él.
Reafirmo la decisión y voluntad de consagrar las nuevas etapas. De Rafael se aprende muy bien, buscar organizar y maximizar el tiempo y la vida, saber perdonar y construir, no perder la visión trascedente ante los retos y afanes de la existencia, y hacer de la vida una causa de amor. Sigo creyendo en él, en Rafael.

Rafael Hernández Colón merece mucho más que libretos tradicionales y clichés. Merece oraciones sinceras. Merece un nuevo tiempo de creaciones artísticas, iniciativas de fe, empresariales y de todo tipo, que hagan brillar a la Isla en el mismo nivel que él puso al país en el mapa. Merece que con su inspiración, hayan testimonios de reconciliación, restauración y edificación. Merece que quienes le amaron y lo respetaron, tengan hoy inenarrable paz. Merece que quienes no lo respetaron ni valoraron, tengan su Damasco edificante. Merece que su visión siga creciendo y forjando a generaciones.

Haya eterno gozo para el líder máximo y maestro de verdad. Haya paz para su familia y efectiva sabiduría para todos los que seguimos ahí, ahí, ahí. Sigo creyendo en él, en Rafael. Ante la partida de Rafael Hernández Colón, mi alma llora y agradece…
                        
·         “PORQUE PUERTO RICO SON USTEDES, SOMOS NOSOTROS, PUERTO RICO ES TODO LO QUE NOSOTROS HAGAMOS POR EL.”. –Rafael Hernández Colón
                            































No hay comentarios:

Publicar un comentario