jueves, 5 de abril de 2012

Felicidades al que rejuvenece

Hoy cumple años el doctor Pedro Rosselló González y vivimos tiempos retadores en la Isla y el mundo, en que hace falta evolucionar y fructificar positivamente en todos los sentidos. Eso se acentúa en la intensidad del año electoral 2012; aún habiendo niveles de decepción generalizada, siempre aflora el factor pasional en las campañas y el deseo armonizar planes personales con el logro de algo mejor para el país.



Vivimos tiempos en que hay que superar la controversia política y la óptica pequeña, para explorar las formas en que cada cual desde su vocación, pueda aportar lo mejor al país que se parte del mundo creado por al Supremo Artífice.



Se puede diferir con el doctor y exgobernador Rosselló sobre la forma de manejar temas como el status político (aún con la intención de poner fin a un tema más que centenario, es importante el más justo proceso para que sea democrático, salomónico y unificador), y la perspectiva sobre el ELA (unos pueden ver al ELA como el problema y algo que se debe eliminar, otros pueden ver al ELA como parte de un proceso evolutivo que requiere el mayor diálogo para lograr puntos de acuerdo, ya que un país sin armonía esencial no echa pa’lante al máximo indistintamente de la fórmula de status político que rija). SE PUEDE coincidir con Rosselló (que rejuvenece en su constante proceso de estudio y productividad integral) en el propósito del perfeccionamiento de la unión permanente de Puerto Rico con Estados Unidos.



Se puede coincidir con el doctor y exgobernador Rosselló en temas como la correcta prioridad a la salud (fue un acierto la Reforma de Salud), la educación (fue un acierto las Escuelas de Comunidad), la seguridad (fue un acierto la mano dura contra el crimen), el desarrollo económico (fue un acierto la estrategia que incluyó el concepto de autosuficiencia y nuevo punto de partida para todo el país de Mega-puerto; pero hubo aspectos particulares que requieren análisis más profundo, como la Sección 936 y el caso Ponce en Marcha), y el “se puede” como gran filosofía de luminosa superación individual y colectiva (armoniza con lo que dijo Luis Muñoz Marín en 1964: “El pasado inmediato nos dice que lo que se debe hacer se puede hacer, aunque parezca imposible en el momento en que se formula y se acepta ese deber. Era increíble hace un cuarto de siglo lo que hoy está a la vista de todos los puertorriqueños. Un pueblo que confía en sí mismo tiene que proporcionarse constantemente la forma de transformar la esperanza de un tiempo en la historia de otro tiempo”).



En la agenda del siglo 21, podemos coincidir en que es con obra de progreso y justicia social que se hace patria; en el nivel de consagración estará el gran paradigma. La historia nos dice que cuando Muñoz Marín fue recibido en un evento multitudinario en 1972, el prócer solicitó que no fuera abucheado el entonces gobernador Luis A. Ferré, “por su historia y por su cargo”. Esa lección de respeto y sana convivencia en la Isla que es hogar para todos, es a todas las generaciones (es bíblica la enseñanza de que un pueblo dividido no puede progresar; lo que no implica anular la diversidad, sino explorar en los puntos de divergencia, las áreas de convergencia por el bien común).



En las expresiones de felicitación que reciba hoy el doctor Rosselló, que domine lo que dijo el licenciado Rafael Hernández Colón en un mensaje televisado en diciembre de 1980: la capacidad de “diferir sin dejar de ser hermanos”.



En su primera juramentación como Gobernador de Puerto Rico el 2 de enero de 1993, dijo Rosselló: “La verdadera felicidad anida en la alegría de lograr cosas buenas… la felicidad vibra con la creatividad, se encariña con las ideas y las acuna hasta hacerlas realidad… la felicidad se aprecia del trabajo honesto, en el bien de los demás… es una renovada actitud de servicio… y eso nos hace más agradables ante los ojos de Dios… En total, para eso nos puso El en la tierra… para ser felices mientras continuamos con la labor divina de crear…”.



La Biblia nos enseña que en cada alma, Dios coloca una medida de fe. Desde esa perspectiva edificante, podemos reconocer la medida de fe y los méritos en el doctor Rosselló y bendecirle para que desde su llamado, siga creciendo, formando y fructificando. Es trascendiendo lo efímero de las candidaturas y el partidismo, que se descubre lo que en verdad llena la vida y potencia los talentos más ejemplares y constructivos. Así, desde mi rol cristiano e ideales que consagro al Señor, felicito respetuosamente al doctor Pedro Rosselló González en su cumpleaños; extensivo el saludo a su familia y a todos los que laboran en la Biblioteca que honrosamente lleva su nombre. Dios ilumine a todos en la Isla del Cordero.

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