Hoy 11 de mayo, cumple años el joven
pastor y apóstol Rodolfo Font. ¡Lo felicito! Algo bien importante en la vida es
el agradecimiento.
Reconozco con agradecimiento el
mensaje de Font que desde el 2000, ha ido fomentando en mí, perseverar en pos
de una nueva conciencia que sea eficaz y edificante en todos los sentidos.
No soy religioso y no hablo de
religión; soy alguien que busca que le defina mejor lo que viva (que inspire
con el testimonio y eduque con el ejemplo). Dar buenos principios de vida bien
fundada es libertar, y el pastor Font ha sabido educar sobre los principios de
siembra y cosecha, y sobre el concepto de abundancia que tan claramente expuso
Jesús al decir que vino para que tengamos “vida en abundancia” (Ver San Juan
10:10).
Hay muchos géneros de semilla, por
lo que es sabio profundizar en la conciencia de siembra, abono y abundante cosecha
sana.
Así, es bueno enfocarnos en las
lecciones del apóstol Font que educan para la siembra de hacer el bien a los
demás, partiendo de la sana autoestima.
Muchas páginas requerirían el
analizar cada género de semilla, como amor, perdón, misericordia, apoyo, buen
consejo, respeto, excelencia en el trabajo, dignidad en la obra, honor en los
cumplimientos, solidaridad, ayuda al necesitado, visita a enfermos, etc. Para
ver un punto que puede trascender y ejemplificar mucho más, para mí, “cosecha
sana” es buscar prosperar con sana conciencia.
Por ejemplo, no veo mal aspirar a la
sobreabundancia (comprendiendo que el concepto abundancia es relativo porque
para cada alma, la abundancia que le llene será algo particular). La gran
pregunta es: ¿Para qué ser prosperado?
No es lo mismo buscar abundancia
para satisfacer placeres en forma desordenada, que para vivificar el más puro y
consagrado amor. No es lo mismo buscar abundancia para mera imagen o dañar, o
para satisfacer un enloquecido consumo, que buscar ser bendecido para bendecir.
Porque se ha citado de José Martí que
hasta el sol tiene manchas (se cita de él: “El sol quema con la misma luz con
que calienta. El sol tiene manchas. Los desagradecidos no hablan más que de las
manchas. Los agradecidos hablan de la luz.”), entendamos que nadie es perfecto,
que todos somos llamados a fortalecernos en la fe y que en el crecimiento que
supera fallas y perfecciona la existencia; merece el pastor Font la cobertura
de las oraciones sinceras de incontables almas y el apoyo de todos que infunde
el Espíritu Santo en la energía constructiva de vida.
A todo eso, sumo hoy lo imperioso y
muy necesario de tocar el tema de fundamentar grandes planes y peticiones en
cumplir promesas a Dios. Es triste cuando no se quiere tocar ese tema, ya que de
lo que no se quiere hablar, es de lo que más hay que hablar.
Todo sería mejor si cada petición se
fundamentara en hacer algo grande para Dios. No hay que temar al tema de lo que
se puede cumplir solo luego de haber recibido lo pedido a Dios (como el
estudiante que promete presentar su diploma en el altar de graduarse y solo
podrá cumplir al concederse eso). Ante una promesa sabia y bien definida, es
imposible engañar y manipular. Es cuestión de fe, amor, valor y honor.
Que los nuevos testimonios sean luz
para incontables almas, en tiempos en que hacen falta testimonios victoriosos
de vidas consagradas y fundamentadas en cumplimientos de pactos y promesas.
Porque deseo vivir el cumplimiento
de una promesa, a Dios consagro todo. Felicito al pastor y apóstol Font en
tiempos de grandes retos en que se pone a prueba la fe y se acentúa lo vital de
seguir perseverando.
En la medida que sea el mensaje de
nueva conciencia, fuerza potenciadora para no quitarnos y enfocar la mirada en
el Todopoderoso y Su Bien y Justicia ante las tempestades (para que sea El en
uno, en la transformación constructiva que viene de adentro), sea cada
testimonio de triunfo inspirador y aleccionador, una estrella vivificadora en
el firmamento que opaca toda oscuridad. ¡Saludos en su cumpleaños al joven
Rodolfo Font! Sea sabio y bendecido en todo y con toda la familia, amigos y
congregación. Adelante en el nombre de Jesucristo.
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