domingo, 6 de mayo de 2012

Volver a ser niño es crecer…


He visto la película “Avengers” en 3-D (como ver “View Master” que se mueve en forma magnificada) y en verdad es EXCELENTE. Recomiendo tan buena película para todos y para toda la familia. Merece ser vista más de una vez. Ciertamente se logró un buen libreto que propició un buen desempeño de los talentos en la actuación; y los efectos especiales y cada detalle de producción son bien logrados.



Para mí, ver la película fue como volver a ser niño por tantos recuerdos... Procede tomar la inspiración y profundizar en el término de “volver a ser niño”.



Volver a ser niño en lo digno y trascendente, no es pueril, es crecer. Se desarrolla suma y completa madurez al volver a ser niño en la sana perspectiva en que hay corazón joven, nueva conciencia edificante y renovadora fe.



Volver a ser niño es crecer; porque es recordar aquella ilusión que creía todo posible y aquella magia que sabía crear (con ideas casi infinitas) y hasta pedir perdón y perdonar como algo real y sin manipulaciones. Es reconocer que aún el niño que cae en desobediencia, llora y hasta entra en rabietas por lo que no consigue, tiene puras y naturales esencias que le permiten superar todo eso. Es saber indignarse con la convicción de que se puede optar por lo mejor. Es abrazar sueños positivos y seguir adelante con la inocencia que no busca hacer daño, sino contagiar genuina vida. 



Volver a ser niño es crecer; porque es saber vestirse del heroísmo que no es solo un uniforme, es una existencia con mayor visión que construye. El heroísmo verdadero no es un imposible. Hay heroísmo tanto en lo callado que da todo lo mejor del ser, como en lo que comunica con prudencia para que el testimonio dé luz de verdad y no aliente la soberbia. ¡Sí! ¡El heroísmo consagrado es real, ejemplar y puede mucho!



Incluso para almas marcadas por profundas e inenarrables heridas, volver a ser niño en forma diferente, buscando enfocar más en lo que pudo ser que en lo que fue; puede ayudar a superar, o por lo menos aliviar, lo que no se quiere recordar. Sembrar algo mejor a lo que no se vivió bien, puede ayudar en un proceso de sanidad interior que libere a ese niño que no se manifestó en su momento, pero que puede brillar en un nuevo tiempo a la luz del Señor que no conoce imposibles, el “no se puede” o el “demasiado tarde”. Volver a ser niño en la búsqueda del bálsamo a uno mismo y los demás, es vivificar la fe, la esperanza y la felicidad, y potenciar todo lo mejor del ser.



No temamos a volver a ser niños. No temamos a ser nosotros mismos en la valentía y seguridad de que buscar agradar al Señor nos recuerda lo que enseñó Jesús de ser niños para alcanzar el Reino. No temamos a querer dar testimonio de que se puede progresar haciendo el bien y lo correcto, sin robar ni mentir. No temamos a AMAR.



Disfruten “Avengers” y fomenten al niño que puede ser protagonista central de milagros y victorias vivificadoras. Dios ilumine a los corazones de niño con la madurez para ser así y hacer el bien con el heroísmo que abre caminos. Volver a ser niño es crecer…

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