Pedro Albizu
Campos: Objetiva y concretamente, fue terrorista que cosechó lo que sembró (nada
de patriótico hay en buscar adelantar causas sin respeto a la vida); y también
fue elocuente orador con un intelecto que dejó buenas frases citables.
Reconozco que
tuvo profundas heridas en su vida, pero incontables almas sufren y no optan por
la violencia y buscar imponer unas ideas a toda costa (la sanidad interior no
se logra canalizando mal las energías, amenazando y atentando).
Veo que Albizu
tuvo un tiempo de ascenso y de haber optado por la vía democrática y electoral,
pudo haber dado un nuevo rumbo a la historia del país (el patriotismo real
respeta la vida, en especial del adversario; crece y se sana al servir y
consagrar).
Veo que el
pueblo no temía tanto a la independencia, sino a las consecuencias de seguir a
los promotores de esa fórmula que no toleraban a quien pensara diferente, no
estaban dispuestos a respetar el mandato de las urnas y no enfatizaban en lo
humano.
Me recuerda
Albizu la teoría del “ying yang”, de que nadie es totalmente bueno o totalmente
bueno; lo que nos dice que podemos ver los actos incorrectos y también las
buenas acciones y lo que pueda moverá ser comprensivos.
Al recordar a
quien en vida fue Pedro Albizu Campos, que sus ideas positivas sean bien
valoradas; y sus delitos no se justifiquen, sino que se consideren desde la
perspectiva amplia en que ve con orden y misericordia.
Permita el
Señor que al buscar esa perspectiva salomónica, podamos fomentar que “la patria
es valor y sacrificio” de verdad y en los mejores términos, al tener valor para
perseverar en lo correcto que edifica a uno mismo y a los demás y agrada a
Dios, y sacrificio para saber superarnos a nosotros mismos para amar.
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