Ha causado
consternación un reportaje que dice: “Jamie Foxx Calls Barack Obama ‘Our Lord
and Savior’ at Soul Train Awards”.
El sentido de
responsabilidad llama a ver primero el contexto completo para analizar con
propiedad y entonces dar una visión inteligente. Dice el reportaje:
“The comedian caused quite a stir at
the 2012 Soul Train Awards, which was televised last night but taped in Las Vegas
a few days after the 2012 election, when he made an out-of-this-world comparison
regarding the president. ‘It's like church over here. It's like church in here.
First of all, give an honor to God and our Lord and Savior Barack Obama. Barack
Obama’, Foxx said to the audience”.
Al ver las expresiones
en el video en el escenario completo, vemos que no hubo intención de retar o
insultar a Dios o a Jesucristo, sino de dar una dosis de humor en una nación en
que Obama ha recibido mucho respaldo y ha sido la única alternativa ante sectores
radicales que se resisten al cambio y la igualdad humana.
Pudo tomar Foxx otro rumbo la broma,
pero procede estar ALERTAS ante los que quieren sacar el tema de proporción
para canalizar ataques racistas y extremistas.
Recordemos que durante años, en
miles de hogares en Estados Unidos se exhibe y respeta mucho las fotos de
Lincoln (por la liberación), Kennedy (por los derechos) y Luther King (por el
sueño que es gran causa). En la elección del 2012, el electorado supo reconocer
que Obama podrá tener fallas (ningún ser humano es perfecto), pero presenta
meritorios esfuerzos, merece el apoyo de oraciones y los mejores consejos que
se viven, y mucho peor era la opción derechista. Antes de juzgar al comediante,
hay que ser comprensivos ante lo mucho que se ha luchado y sufrido para superar
el discrimen racial, y todavía quedan muchas manifestaciones de discrimen que
superar.
Se puede cuestionar que el
comediante Foxx tomara la referencia de una divinidad para hacer una broma (aplicable
a toda ideología de fe). Incluso el presidente Obama podría aclarar y fomentar
el crietrio salomónico que tiene. La Biblia es clara en que no procede
fundamentarse en hombres, sino en Dios, pero en la intensidad de la controversia,
lo más que se necesita es la paz, sabiduría y bálsamo cristianos, y no el
fanatismo religioso que divide, nada bueno aporta y ciertamente no agrada al
Altísimo.
Jesús
combatió la religiosidad sin esencia real y sacó a los mercaderes del templo
que sin duda vivían la hipocresía. ¡Emulemos ese valor! Como he escrito: “Prefiero
enfrentar las consecuencias edificantes de la honestidad, que recibir los
aplausos ciegos que se dan a las mentiras agradables”. Por todo lo que vale la
pena seguir adelante, ¡Adelante! Dios ilumine a todos.
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