lunes, 19 de noviembre de 2012

¡Sí! ¡Hay héroes!


Hay una escena de la excelente y exitosa película “Avengers” en que el Capitán América contempla, en plena batalla para defender a la Tierra de extraterrestres, a bomberos y equipos de emergencia auxiliando.

 

Es una escena que desde el primer momento que la vi en el cine, me recuerda la tragedia del 9-11 cuando se produjo el ataque terrorista en contra de la humanidad.

 

La escena es buen reconocimiento a héroes y heroínas que están ahí. Héroes y heroínas en lo civil y en lo militar, con uniforme y sin uniforme, en las batallas cotidianas, buscando ser bálsamo y parte de las soluciones. El heroísmo real y consagrado puede MUCHO. Seamos agradecidos y solidarios con nuestros héroes. El heroísmo real brilla en ejemplos como, sin limitarse a, los siguientes: 

 

·                     En la capacidad para amar que comienza buscando agradar en todo detalle y obra, manifestación de productividad y laboriosidad, creatividad y vocación, al Supremo Origen de Paz, Orden y Amor.

 

·                     En la decisión de congregación que no es cuestión de religión o solo socialización, sino de compromiso real que desde lo que se recibe, mueve a edificar en todo.

 

·                     En el valor de quienes abren caminos en la soledad, sin buscar hacer daño a los demás y procurando la realización que llena.

 

·                     En el honor de las almas que buscan fundamentar grandes peticiones y planes en cumplir grandes promesas al Señor.

 

·                     En los niños que desde temprano se identifican con la ruta de respeto y armonía; en los adultos y envejecientes que dan valor al milagro de cada nuevo día.

 

·                     En quienes asumen responsabilidades y roles de liderato con la búsqueda primaria de humildad y sabiduría para servir bien.

 

·                     En quienes crían y educan conscientes de que la nueva generación debe rescatar valores y redescubrir lo que une en el bien.

 

·                     En quienes recuerdan con agradecimiento a los fallecidos y procuran transmitir la herencia visionaria que capacita para crecer en todos los sentidos.

 

·                     En quienes oran de verdad, en la forma correcta y sin manipulaciones o vanos ritos; en ese lugar privado de oración en que la conciencia ante sí y el Señor, se encuentra en donde se manifiesta el Espíritu y se forjan sueños y rumbos de vida.

 

·                     En las inenarrables batallas y perseverancia que aplica en forma distinta a cada cual, pero nos llama a todos a dar trascendencia a la existencia.

 

¡Sí! Hay heroísmo tanto en lo callado que da todo lo mejor del ser, como en lo que comunica con prudencia para que el testimonio dé luz de verdad y no aliente la soberbia. ¡Sí! ¡El heroísmo consagrado es real y puede mucho!

 

¡Sí! ¡Hay héroes! Podemos llegar a donde no hemos llegado.

 

Podemos VESTIRNOS del HEROISMO que hace la diferencia al dar fe en donde no la hay, al saber decir no al mal, al saber decir sí a lo que suma a la vida de quienes se ama y más allá, el bálsamo a los que lloran y sufren, el perdón que no es simbólico y sí es camino de cambio y evolución, la solidaridad a quienes resisten ante las manifestaciones de la corrupción, comprensión en donde se ha perdido, apoyo al caído para levantarse, fuerza a las buenas causas, atención debida al alma en formación y al alma que merece dignidad y tanto puede aportar en los años dorados, el buen consejo que aporta a perfeccionar la jornada, potenciación a quienes necesitan redescubrir que no es demasiado tarde, en fin, el heroísmo no es ciencia ficción, fantasía, juego de niños o un imposible en el mundo.

 

El heroísmo real se atreva a vivir, perseverar y fructificar con el más abarcador amor.

 

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