El año pasado, el 10 de mayo fue Día
de las Madres. El número 10 se asocia con perfección y las buenas ideas son
necesarias todos los días. El amor inspira lo poético y lo heroico. El amor
inspira la fe y la perseverancia, y el heroísmo de buscar lo mejor por alguien
más. El amor de madre es el milagro de Dios más cercano a Su amor.
El que pase el Día de las Madres, no
significa que debe menguar el amor hacia las madres; e incluso la voz
iluminadora hacia las madres que pierden el rumbo o necesitan redescubrir la
suprema vocación. El gran modelo de fe inquebrantable definida con obras,
esperanza con poder, humanidad, amor y rol maternal es María. Sabiduría y
corazón, saludos y bendiciones a todas las madres en la tierra y en el cielo.
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“MADRE OYEME
Madre óyeme, mi plegaria es un grito en la noche
Madre guíame en la noche de mi juventud
Madre sálvame, mil peligros acechan mi vida
Madre lléname, de esperanza, de amor y de fe.
Madre guíame, en las sombras no encuentro el camino
Madre llévame, que a tu lado feliz estaré
Madre una flor, una flor con espinas que es bella
Madre una amor, un amor que ha empezado a nacer
Madre sonreír, sonreír aunque llore en el alma
Madre construir, caminar aunque vuelva a caer.
Madre solo soy el anhelo y la carne que lucha
Madre tuyo soy, en tus manos me vengo a poner
Madre óyeme, mi plegaria es un grito en la noche
Madre guíame en la noche de mi juventud”.
--Cesáreo Gabaráin
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