Se ha ido
generalizando la idea de que Puerto Rico ha tenido “lo mismo” con “rojos y
azules”. Aunque se diga eso muchas veces, no lo convierte en correcto. Veamos:
En las décadas del ’40
y el ’50, grande y ejemplar fue la obra de justicia social y libertad integral,
y estabilidad política con el Estado Libre Asociado; con el liderato de Luis
Muñoz Marín y una generación fundadora. Con la enseñanza del voto libre,
secreto y limpio, y una obra bien enfocada, la Isla llegó a ser vitrina de la
democracia. Se generó deuda, pero era controlada gracias al impresionante
desarrollo y progreso. Hubo fortalecimiento cultural y en los años ’60, Muñoz
dejó un país bien encaminado con admirables niveles de crecimiento y Roberto
Sánchez Vilella fue un excelente administrador que cuadró bien el
presupuesto.
Con la llegada de la administración de Luis
A. Ferré se interrumpió la estabilidad que brindaban los mandatos consecutivos
del PPD. Aunque se argumente que hubo obra de infraestructura e iniciativas
como el Bono de Navidad, comenzó a elevase la deuda y se creó una situación
fiscal difícil. En 1972 triunfó el pueblo unido con el PPD al son de “¡Fuego
Popular!” y en 1973 comenzó la administración de Rafael Hernández Colón. La
crisis económica mundial de los ‘70 fue causada por el aumento en el costo del
petróleo. Incluso Nueva York estuvo al borde de la bancarrota. En esa
tempestad, Puerto Rico se logró mantener a flote gracias a medidas
administrativas y de austeridad y sus estructuras como ELA; y fueron
significativos logros como el aumento en la producción agrícola, el impulso al
turismo con la creación del Programa de Paradores Puertorriqueños, la
construcción de nuevas plazas de mercado, la Sección 936 (para crear empleos y
promover el desarrollo económico), y más.
Durante la administración de Romero
Barceló, se elevó el desempleo al nivel más alto de su historia. Se confirmó
que no es recomendable alterar los incentivos por consideraciones ideológicas. Así,
el mensaje de “Rafael en la Ruta de la Victoria”, y el jingle y lema de
“Rafael, Puerto Rico cree en él”, trascendió lo partidista para ser misión de
pueblo. Aún ante desigualdades e irregularidades, el resultado electoral de
1980 fue de victoria Popular (aun con la sombra del fraude y del escamoteo de la
voluntad democrática con relación a la Gobernación), que le permitió a Rafael
dedicársela a Muñoz; y en 1984 se consolidó esa victoria que permitió encaminar
la digna y patriótica obra de reconciliación, reconstrucción y progreso del
país. En 1984, tras un periodo de politización y estancamiento, triunfó
nuevamente el pueblo unido con el PPD. En 1985, RHC educó y logró que la
defensa de la Sección 936 fuera una causa y victoria de pueblo.
Dijo Hernández Colón en 1985: “Agradezco a
don Luis Ferré su valiosa colaboración. Esta reunión tiene un carácter
histórico para Puerto Rico en la medida en que los dos líderes de partidos
adversarios se unen para atender los intereses de todo el pueblo
puertorriqueño”. La foto se convirtió en un ícono para generaciones, sobre el
patriotismo que une en las grandes causas. Incluso el presidente Ronald Reagan
agradeció al gobernador Hernández Colón por el apoyo para “promover la
democracia y el progreso económico en toda la región del Caribe”; porque los
grandes propósitos superan las diferencias. El cambio hacia la solidaridad y
creatividad productiva, dio como saldo del cuatrienio 1985-88, que en el
mensaje de estado de 1988 se informó sobre un crecimiento económico que sigue
siendo factor aleccionador. Dijo Hernández: “…hoy trabajan 126,000
puertorriqueños más que en enero de 1985; 29,000 de ellos jóvenes… Hemos hecho
posible que el Producto Nacional Bruto creciera en 1987 a un ritmo de 5.1 por
ciento –mayor que el ritmo de crecimiento de Japón, Alemania, o los Estados
Unidos”.
En 1988 el PPD revalidó y el progreso no se
detuvo. En 1992, la administración del gobernador Rafael Hernández Colón dejó
un país con –entre obras y progresos-- una producción en la manufactura que
alcanzó un 40% del ingreso neto del país (la firma "Political Risk"
catalogó a Puerto Rico como primer lugar del mundo para invertir), la Sección
936 y un gran liderato en el Caribe (para 1991 se habían promovido en la Cuenca
del Caribe 92 proyectos que habían generado más de 19,000 empleos, con una
inversión que sobrepasó los $640 millones. En 1990 se desembolsaron $206 millones en
fondos ELA-936 para proyectos en la región), en turismo se logró el puesto de
primer destino en la región, la realidad del Centro Cardiovascular, crecimiento
en la producción agrícola (por ejemplo, el café puertorriqueño llegaba a Japón
y Europa, y en 1991 el producto agrícola fue récord con $745 millones, 2.4%
sobre el '90 y un 22.4% sobre el 1985), el fortalecimiento del patrimonio cultural
y arquitectónico, Reforma Educativa, Ley de Municipios Autónomos, el programa
PRES para combatir la extrema pobreza, Navieras bien encaminadas y la Isla
había logrado ser el quinto país exportador del hemisferio. NO son todos los
líderes y administraciones iguales. Eso tiene vigencia.
Luis Muñoz Marín fundó un movimiento de
pueblo, el Partido Popular Democrático, que hizo realidad las más brillantes
páginas de la historia y un ejemplar sistema democrático-constitucional
mediante el ELA (con el ELA se puede, porque lo que valida al ELA jurídica e
internacionalmente es más que funcionarios de turno; los problemas económicos del
presente fueron causados por malas prácticas administrativas que hay que corregir,
no por el ELA). Rafael Hernández Colón nutrió a la gesta de líderes, pueblo y
generaciones, con gran visión, dedicación y forjadora capacidad. Recordar el
pensamiento y la obra de Rafael, es reconocer mensajes con vigencia y logros
que hicieron justicia, crearon empleos, potenciaron la democracia y sentaron
bases de municipalización y descentralización. Destacar cómo Hernández Colón
sigue sirviendo y fomenta lo educativo, es valorar un legado vivo y creciente.
¡Hay esperanza!
Las posiciones y las posesiones no definen
al líder. Líder es quien da buen ejemplo, da lo mejor de sí y al reconocer la
mayor autoridad en el Altísimo, ama y consagra todo mediante el servicio y el
pensamiento edificante. Líder es quien busca dar valor al paso del tiempo con
la madurez que educa y potencia, lo que es fuerza rejuvenecedora. Líder es
quien trasciende por su fe y vocación de vida. Así es Rafael Hernández Colón.
·
“La solidaridad de generaciones y
voluntades, ése es el ideal de acción. Y es a base de ese ideal de acción que
ha de lucharse, buscarse, la realización de los ideales de vida, de vida buena,
de buena civilización en Puerto Rico”. –Luis Muñoz Marín
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“PORQUE PUERTO RICO SON USTEDES, SOMOS
NOSOTROS, PUERTO RICO ES TODO LO QUE NOSOTROS HAGAMOS POR EL.”. –Rafael
Hernández Colón ·
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“Interpreto al mundo partiendo de
Jesús”. –Rafael Hernández Colón, Introducción de “Contra Viento y Marea”
https://www.youtube.com/watch?v=6ynFINsliEE (Documental Rafael 1992)
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