La
eliminación de la Ley de Cierre fue un gran acierto. No es el único factor
necesario para crear empleos, pero ciertamente es un factor que puede
propiciarlo. Es importante dar atención a los derechos justos de los
trabajadores y no es imposible armonizar lo empresarial y el progreso con eso y
con la mayor diversidad de alternativas comerciales.
Es
importante entender que en el siglo 21, en un mundo en dramática evolución en
que se superan fronteras y son grandes los avances en la tecnología y las
comunicaciones, no funcionan las barreras insularistas, el bloqueo a la
innovación ante la competencia, y el ignorar con egoísmo las realidades y
necesidades de la ciudadanía y todo el país.
Que
quede claro que la unificación familiar no se logra solo en un templo o paralizando
su debido desarrollo. Esa unificación se hace real en toda dinámica en que se pueda
coincidir, armonizar, compartir y crecer. En verdad la eliminación de la Ley de
Cierre equivale a superar algo arcaico, y a dar aliento a las iniciativas
salomónicas.
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