miércoles, 26 de junio de 2019

Algunas reflexiones sobre reencuentros de Clase y el inherente llamado…



Puerto Rico es una tierra tan bendecida, que unos disfrutan del paseo campestre, y otros disfrutan del escenario playero; unos disfrutan del chinchorreo, y otros prefieren el centro comercial y el cine; unos disfrutan de las fiestas y encuentros sociales, y otros prefieren lo íntimo del compartir como pareja y en familia. En todo eso y más ejemplos, no hay motivos para contiendas. Todo es parte de la diversidad humana.

En esos ejemplos, cada cual tiene pleno derecho a emplear sus propios recursos para desarrollar lo que le brinda agrado. Cuando se llega a la dinámica de organizar el reencuentro de una Clase Graduada, lo que debe guiar, no es lo individual, sino lo colectivo. El verdadero liderazgo no es imponer un estilo de organización y celebración, sino propiciar las condiciones que propendan a un logro de todos en armonía.

El tema de los reencuentros de Clase, me permite colocar sobre el tapete lo siguiente: El licenciado Rafael Hernández Colón estudió su escuela superior en la Valley Forge Military Academy. Es muy diferente a lo que viví en mi etapa de escuela superior en Ponce High. Sin embargo, hay un principio aplicable:

El 13 de octubre de 1996, Hernández Colón brindó un mensaje en Valley Forge. Para ese tiempo, ya no ocupaba responsabilidades electivas y transmitía una amplitud de visión que maximizaba la madurez que siempre le caracterizó desde temprano. Como joven, siempre supo buscar el sabio consejo. Como adulto, nunca abandonó el espíritu de buen estudiante y eso le dio una energía inmensa y una mente siempre fresca.

En su mensaje de 1996, Hernández Colón tocó los temas propios de recuerdos institucionales y la mirada a cómo había ido cambiando el mundo. Sin embargo, captó mi atención lo siguiente: “So we have come to discover something the Founders knew full well. That the pursuit of happiness can not occur only along the road of material wellbeing alone. It must also take the higher road of moral and spiritual wellbeing”.

En eso, veo toda una lección de vida. Se espera que el paso del tiempo, vaya desarrollando en las personas una perspectiva evolucionada. Que no ocurra que lo vivido haya sido una pérdida de tiempo por la mera insistencia en estilos inflexibles que no propician a la paz integral y al bien. Que los saludos no se limiten a un encuentro cada 5 años, sino que sigan y fructifiquen en testimonios de empatía y consagrada solidaridad.

Me siento bendecido al ser parte de la Clase Graduada de Ponce High de 1985. En mis días de escuela, no me destaqué por la socialización, pero no me lamento y no aspiro a dar marcha atrás al tiempo. Doy gracias a Dios por las bendiciones y veo que los días para perfeccionar los conceptos de amistad y socialización. En los días de escuela, tuve buenos educadores. Lo grande es que hoy miembros de mi Clase, son mis educadores.

Es la nueva faceta educativa que trasciende la educación formal. Por ejemplo:

·         Grande es la cátedra de mi compañera de Clase que, estando mi madre en la etapa de vida que genera los toques especiales rumbo al real destino final, le dio lo que veo como el mayor tesoro: Las puras sonrisas que generó en mi madre que combinaron inocencia y la perspectiva mayor, como fruto de sus conversaciones con un alma grande y joven. Esas conversaciones superaron a la duración material del tiempo y al entendimiento humano. Es testimonio constante de lo que mejor define y alienta la alegría que da vida a la vida. Mi respeto y agradecimiento a tan espacial alma.

·         Grande es la cátedra de mis compañeros de Clase que usan las redes sociales positivamente y con magistrales mensajes.

·         Grande es la cátedra de mis compañeros de Clase que superan distancias para mantener la amistad.

·         Grande es la cátedra de cada compañero(a) de Clase que triunfa sin perder la humildad, o que logra levantarse en tiempos atípicos y retadores.

·         Grande es la cátedra de cada compañero(a) de Clase que cuida a enfermos.

·         Grande es la cátedra de cada compañero(a) de Clase que regresa a estudiar o retoma proyectos de vida, porque de esa actitud revolucionaria depende la real juventud. 

·         Grande es la cátedra de cada compañero(a) de Clase que aprende de las vivencias, busca sanar heridas internas, supera los impulsos, y no renuncia al nuevo testimonio en pareja y/o en familia.

·         Grande es la cátedra de cada compañero(a) de Clase que ejemplifica que la verdadera fuerza sabe perdonar sabiamente y generar testimonios de reconciliación, restauración y edificación.  

·         Grandeza hay en todo lo que afirma el poder de la fe y el amor.  

No es algo abstracto. Es la verdadera fuerza de vida para hacer presente y futuro. Si en algún momento de mi existencia, tuviese el privilegio y la oportunidad de dar un mensaje en Ponce High, no sé si lograré estar a la altura del mensaje de Hernández Colón y a la altura de lo que merecen mis padres y educadores, pero sí sé que los mensajes más intensos y de perseverancia se van escribiendo día a día en lo que se vive.  

Sí sé que en el 2012, fue sabio Hernández Colón al establecer que “solo el presente es nuestro”. Es en ese presente, que busco honrar bases formativas, dar buen testimonio, sembrar con fe y corazón y consagrar todo. Veamos lo siguiente: Una persona puede tener la percepción de que el mundo gira a su alrededor, pero no es así. Habitamos en un planeta que gira en su eje alrededor el Sol. El Sol es el centro de un sistema solar que viaja en la galaxia y el universo sigue en expansión.  

Nadie es el centro del universo. Nadie tiene el monopolio de la verdad. Hay que saber armonizar y fomentara sana convivencia. Hay que dialogar y desarrollar nuevos niveles de comprensión forjadora. El tiempo es demasiado breve para desperdiciarlo en enojos, divisiones, contiendas y distanciamientos. En la medida que un ser humano busca ir más allá de sí para transmitir la paz que ilumina y dejar legados aleccionadores, eso habla de la vocación esencial de amor y de la razón de todo. De eso se trata.

·         “El amor vence siempre, como Cristo ha vencido; el amor ha vencido, aunque en ocasiones, ante sucesos y situaciones concretas, pueda parecernos incapaz. Cristo parecía imposibilitado también. Dios siempre puede más”. --Juan Pablo II

·         “¿Cuál es la materia más importante que hay que aprender en la vida? Aprender a amar”. --Papa Francisco

·         “El verdadero amor es amar y dejarme amar”. --Papa Francisco

·         “La verdad que Dios ha comunicado al hombre sobre sí mismo y sobre su vida se inserta, pues, en el tiempo y en la historia. Es verdad que ha sido pronunciada de una vez para siempre en el misterio de Jesús de Nazaret. Lo dice con palabras elocuentes la Constitución Dei Verbum: «Dios habló a nuestros padres en distintas ocasiones y de muchas maneras por los profetas. «Ahora en esta etapa final nos ha hablado por el Hijo» (Hb 1, 1-2). Pues envió a su Hijo, la Palabra eterna, que alumbra a todo hombre, para que habitara entre los hombres y les contara la intimidad de Dios (cf. Jn 1, 1-18). Jesucristo, Palabra hecha carne, «hombre enviado a los hombres», habla las palabras de Dios (Jn 3, 34) y realiza la obra de la salvación que el Padre le encargó (cf. Jn 5, 36; 17, 4). Por eso, quien ve a Jesucristo, ve al Padre (cf. Jn 14, 9); él, con su presencia y manifestación, con sus palabras y obras, signos y milagros, sobre todo con su muerte y gloriosa resurrección, con el envío del Espíritu de la verdad, lleva a plenitud toda la revelación». La historia, pues, es para el Pueblo de Dios un camino que hay que recorrer por entero, de forma que la verdad revelada exprese en plenitud sus contenidos gracias a la acción incesante del Espíritu Santo (cf. Jn 16, 13). Lo enseña asimismo la Constitución Dei Verbum cuando afirma que «la Iglesia camina a través de los siglos hacia la plenitud de la verdad, hasta que se cumplan en ella plenamente las palabras de Dios». Así pues, la historia es el lugar donde podemos constatar la acción de Dios en favor de la humanidad. Él se nos manifiesta en lo que para nosotros es más familiar y fácil de verificar, porque pertenece a nuestro contexto cotidiano, sin el cual no llegaríamos a comprendernos”. –Carta Encíclica “Fides et Ratio”, Juan Pablo II












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