sábado, 1 de febrero de 2020

Kobe Bryant y las hazañas en Puerto Rico...

Ante el fallecimiento trágico de Kobe Bryant, su hija y acompañantes en un helicóptero, lo primero que escribí fue lo siguiente:
* "La vida es breve y frágil. Que no se deje para después, la acción conciliadora, el perdón redentor, el abrazo que supera todo y el amor que es luz y pasión consagrada".

Con el paso de los días, esa mirada fue ampliando y profundizando. Por ejemplo: En mi ruta estudiantil desde escuela elemental hasta el nivel universitario, la clase de Educación Física tuvo diferentes etapas.

Viví días de positivo apoyo. Viví también días en que se dividía a la clase en dos grupos para competir. Cuando se daba la dinámica de dejar en las gradas a estudiantes lentos y con limitaciones por el afán de ganar en cada grupo, aún siendo niño pensaba que se estaba dañando el concepto competitivo.

Incluso llegué a tener un educador que fomentaba la burla hacia estudiantes lentos y con limitaciones. Fue en el nivel universitario que confirme que tenía razón en que no se manejó bien lo competitivo, que debía fomentarse empatía hacia estudiantes lentos y con limitaciones, y que la dinámica en Educación Física debía ser de participación de todos con la visión de alentar estilos de vida sana y saludable.

Aunque tuve altas y bajas en Educación Física y no desarrollé talentos deportivos, nunca desarrollé aversión al deporte, y tampoco guardé rencores hacia quienes se burlaron o hacia quienes no honraron la vocación educativa. De hecho, camino pensando en la salud y la acción de gracias a Dios (reconozco que ha surgido mucha inspiración en esos pasos). Al ver eventos de atletismo, los admiro mucho y los tomo de aliento para perseverar en la vida (en que hay que desarrollar talentos, superar obstáculos, levantarse de caídas y seguir hasta lograr buenas metas).

El diseño que hice para una camiseta de mi Clase de 1985 de Ponce High, fue expresión adicional de un apoyo al deporte que trascendia lo que no siempre fue lo ideal en mi ruta en Educación Física. De ahí, he seguido apoyando al deporte, sin olvidar las artes, en diferentes formas. Abrazo con armonía y respeto a todos los deportistas.

Mientras hubo quienes se limitaban en el molde de que un hijo debía continuar el legado de Kobe Bryant, él con su hija creó un nuevo y mejor paradigma. Grandes fueron las hazañas de Kobe en la cancha; y mayores fueron sus hazañas desde su perspectiva humana, de fe y de familia. De eso se trata.

Eso en sí es luz y confirma que somos llamados, cada cual desde su fe y vocación, a vivir el real heroísmo de las grandes hazañas que son forjar nuevos y mejores paradigmas; a ser parte de nuevos testimonios de paz, armonía, amor, perdón, reconciliación, unificación, restauración e integral edificación y consagración.

* Cita de un reportaje (https://www.google.com.pr/amp/s/people.com/parents/kobe-bryant-talks-having-daughters-no-sons/%3famp=true):