El libro El Estado Libre Asociado de Puerto Rico, lo que es y lo que no es, es excelente y lo recomiendo. Me consta que la autora del libro, la educadora y doctora Neysa Rodríguez Deynes, es sumamente disciplinada en la búsqueda de las fuentes de información; en el análisis serio y la comunicación responsable de las ideas.
Como educadora, la profesora Rodríguez Deynes alienta mucho las iniciativas de los estudiantes y orienta sabiamente sobre la debida organización en una organización estudiantil. Busca fomentar el pleno desarrollo de ese ser humano en el rol de estudiante y eso siempre lo agradeceré.
Ante el más que centenario debate de status político, el libro presenta la evidencia que sostiene la siguiente afirmación: “…la relación de Puerto Rico con Estados Unidos no es impuesta, es electa libremente y por eso tan sencillo es que no somos colonia”. El libro cubre desde los primeros pobladores en la tierra puertorriqueña y presenta en forma clara, la evolución que permite ver mejor lo que somos y lo que podemos ser.
Ante el estudio sobre el Estado Libre Asociado (ELA), destaco tres puntos:
1) El ejemplar proceso constitucional que originó al ELA. Ese proceso y el progreso socioeconómico alcanzado presentan lecciones que tienen razón y vigencia.
2) El memorando del presidente John F. Kennedy del 25 de julio de 1961, que reconoce la legitimidad del ELA y su naturaleza de pacto. Eso presenta bases y principios que tienen razón y vigencia.
3) El contenido de La Nueva Tesis para propiciar la máxima democracia en el tema del status político y un desarrollo visionario e integral del país. En el periodo de 1985-1992, la administración del gobernador Rafael Hernández Colón logró implantar ideas de La Nueva Tesis. En el tema plebiscitario de 19891991 no se logró una consulta de status político avalada por el Congreso, pero sí se lograron grandes estudios que educan mucho. Los postulados de La Nueva Tesis de 1979 y las posteriores acciones de Hernández Colón por nuestra patria, tienen razón y vigencia.
La crisis que originó la Ley PROMESA y la Junta de Control Fiscal, no fue causada por el ELA, sino por malas prácticas administrativas. Hay dos realidades:
1) Procede recordar los tiempos de progreso con el ELA, para confirmar que funciona y que es sabio buscar perfeccionar la unión de Puerto Rico con Estados Unidos.
2) Los casos de Grecia y Detroit confirman que un cambio en la fórmula de status político, no es la varita mágica que resuelve todo.
A la crisis prolongada, se sumaron los terremotos y la del Coronavirus. Ahora más que nunca, ante tiempos atípicos y retadores, se necesita la inspiración al nivel enseñado por Luis Muñoz Marín y Rafael Hernández Colón, unir generaciones y motivar para hacer y consagrar patria.
El libro escrito por la doctora Rodríguez Deynes, es acertado al invitar a mirar hacia adentro y aceptar realidades y responsabilidades. En lugar de seguir la ruta cainista y diluirnos en debates interminables, procede reconocer que los pueblos se unifican, se fortalecen y se superan desde el amor y la valoración de sus logros y conquistas. El ELA es un gran logro. El ELA es Casa Grande y gran zapata para seguir edificando.
Seguir al coro que afirma que el Estado Libre Asociado (ELA) es colonia puede resultar fácil. Afirmar la validez del ELA y su base histórica, la realidad de que fue bien fundado en 1952 con naturaleza no colonial y plena dignidad, es lo heroico y lo esencial para hacer patria con fe, con verdad y con amor.
Culpar al ELA por todo es como pretender destruir la casa que tanto esfuerzo requirió construir por las fallas de quien administró mal. Manipular el tema del status y evadir lo administrativo, promueve lo incorrecto y repetir errores con agravantes. Aprender de la historia y procurar tener buena administración y progreso en la Casa Grande en que cabemos todos, conviviendo en la diversidad y enfatizando lo que une, es el verdadero patriotismo y la capacidad mayor de liderazgo. Adelante en el buen camino.
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* “La autonomía es el poder de gobernarse a sí mismo dentro de una relación más amplia con otro pueblo. Ese concepto, vigente desde los comienzos de la civilización occidental, reconocido por las Naciones Unidas como forma de gobierno de igual dignidad a otras fórmulas, preside nuestro pensamiento y dirige nuestra acción. La autonomía reclama toda la libertad esencial para labrar nuestro destino junto a los Estados Unidos, sin ser carga, ni muñeco de nadie. Cada puertorriqueño disfruta de plena libertad individual y lo sabe.
• Por eso repudiamos a aquellos que adentro o de afuera nos llaman colonia.
La suma de todas nuestras libertades es la libertad política de Puerto Rico en su autonomía dentro de la unión permanente con los Estados Unidos de América.
• Por eso repudiamos los que de adentro y de afuera nos llaman colonia”.
--Rafael Hernández Colón
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* “Muchos puertorriqueños, sobre todo los jóvenes, se preguntan: hacia a donde va el Estado Libre Asociado. Y quiero contestarles:
• Ni vamos a la independencia ni vamos a la estadidad.
• Ni nos separaremos ni nos asimilaremos.
• Vamos hacia nosotros mismos, hacia nuestra propia identidad contra las fronteras que limitan al hombre puertorriqueño.
• Vamos sobre el fiel de la balanza: gobierno propio y unión permanente.
Juntos, pero no revueltos. Brega, pero sin entrega; ése es el reto. El Estado Libre Asociado va hacia el Estado Libre Asociado. Hacia un Estado Libre Asociado más fuerte, más pleno, más efectivo para bregar con nuestros problemas, dándole relieve a la personalidad puertorriqueña, en igualdad esencial de pueblo. Sin desembocar en otro status, al crecer, el Estado Libre Asociado busca la plenitud de su propia naturaleza”. --Rafael Hernández Colón
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