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“La noche del 30 de abril me llamó del
hospital el sargento Sierra. Don Luis había muerto.
El pueblo se volcó en
el Capitolio donde se le expuso. Tras dos noches de vigilia durante los cuales
pasó una muchedumbre interminable frente al féretro, salió el entierro hacia
Barranquitas, parando primero en la Catedral de San Juan. Silencioso y adolorido,
el pueblo se alineó por toda la ruta para decirle su último adiós. Ese día las
nuevas generaciones descubrieron a Muñoz”.
--Rafael Hernández
Colón, “Retos y luchas” (relato de 1980)
El 30 de abril de 2016
se cumplen 36 años del fallecimiento del prócer y maestro Luis Muñoz Marín. En
1980, estaba en escuela intermedia y mi gran recuerdo de cómo entendí que
falleció alguien grande, fue ver por primera y única vez a mi abuelo llorar.
Recuerdo que se dio en
el país ante la muerte del fundador Muñoz Marín, un ambiente de Viernes Santo,
que luego en la medida de recuerdos y anécdotas, iba reverdeciendo esperanzas
en el nivel de la Pascua.
Aunque el rostro de
Muñoz reflejado en el cuadro pintado por Rodón proyectaba unos dolores y
choques, en el contexto total de un país con complejos retos y problemas
socioeconómicos, con una calidad de vida en deterioro, el pensamiento del líder
era vital punto de referencia para descubrir que la gesta refundadora es
realizable.
Hace 36 años comenzó
en mí la curiosidad que me llevó a encontrar grandes lecciones de vida en los
mensajes de Luis Muñoz Marín y Rafael Hernández Colón. Soy parte de la
generación que descubrió al gigante que potenció la palabra “compatriotas” en
la jornada, en su muerte; quien descubrió en incontables lágrimas, muchos
rocíos…
Recordar a Luis Muñoz
Marín es alentar el forjar generaciones y perfeccionar al ELA. La vida y obra
de Muñoz y sus causas de progreso integral y justicia social, nos recuerda que
la equidad es buena y agrada a Dios. Porque todo lo mejor del ser humano nace y
se manifiesta desde la conciencia que todos somos hijos de Dios, cada alma que
busca hacer y sembrar el bien, es instrumento de Dios y canal de bendición.
Muñoz sigue presente en
la vigencia de mensajes y en la magnitud del propósito de la obra de
prosperidad, justicia y dignidad humana, que como dijera el maestro en 1964,
“trasciende en el tiempo y es una que une a todos los puertorriqueños que
quieren el bien de Puerto Rico en términos en que hondamente se propone hacer
el bien de Puerto Rico”. Muñoz es el prócer de generaciones, pero la gran
hazaña fue su ejemplar liderato con la fuerza de un pueblo unido. En el siglo
21 podemos hacerlo de nuevo.
Hoy nuevamente se
necesita liderato del nivel fundador y el nuevo paradigma está en la mujer que
abre caminos e inspira corazones y voluntades. Porque el país nos necesita a
todos, consagremos las nuevas causas y esfuerzos. Dios ilumine a todos.
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“Preserva siempre tu voluntad, claridad de
entendimiento, sensatez y firmeza de decisión. Esa es tu fuerza…” –Luis Muñoz Marín
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“Descansa, Muñoz, Maestro querido, descansa
en paz, que tu pueblo sigue tu lucha. Ese pueblo que forjaste, sencillo,
inteligente, generoso y valiente, te honrara superándose cada vez más ante los
retos de la historia”. –Rafael Hernández Colón
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“Tenemos en nuestra mano el tesoro inmenso de una
semilla. Según la sembremos y la amparemos será la cosecha que ahora y en el
futuro recojan las gentes que habitan y que entonces habiten esta tierra de
Puerto Rico...”. --Luis Muñoz Marín
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“¿Qué es ideal? Ideal es toda cosa de
bien por la cual se trabaja y se lucha desinteresadamente; ideal es toda cosa
de bien que se concibe en el espíritu, se proyecta hacia el porvenir y recluta
toda la fuerza del alma para que se logre; es toda cosa de bien que incluye la
seguridad de una madre de que sus hijos no van a pasar hambre, y que incluye la
paz en el corazón, y que incluye el techo que cobija al ser humano a su paso
por el misterio de la vida.
Ideal es todo
propósito de bien, que incluye la honda satisfacción de hacer cosas creadoras
con humildad y con fuerza de espíritu, y que incluye el vaso de leche que
fortifica la salud del niño y la serenidad de quien trata de actuar con
justicia y actúa siempre sin pequeñez y sin odio. Ideal es todo propósito de
bien que incluye el pan que no le falte al jornalero después de la oración, que
es su trabajo sobre la tierra, y que incluye el pedacito de tierra que no se
ejecuta y arrebata al labriego. Ideal es
toda cosa de bien, ya sea el alivio del dolor del cuerpo por la ciencia médica
o el alivio del dolor del alma por la buena religión”. --Luis Muñoz Marín
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