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“Con fuerza en la voluntad y luz en la cabeza y paz en el
corazón puede hacerse un destino que sea de vida y no de destrucción”. –Luis
Muñoz Marín
Celebrar al Estado Libre Asociado es celebrar una gran conquista de pueblo
y una gran base de presente y futuro. Los pueblos que reconocen y fomentan sus
logros, son pueblos con mejor capacidad de unificación y crecimiento integral.
Es al extremo irresponsable culpar por todo mal a la fórmula de status
político y como muestra, en Estados Unidos no se hubiese concebido el destruir
todo su sistema democrático-constitucional por los embates de la crisis del
petróleo, conflictos como Vietnam o Watergate, o sucesos como el 9-11 que sigue
teniendo impacto.
El ELA es fruto del más democrático y admirable proceso y es mucho más que
las consideraciones partidistas, las agendas personales e ideológicas, y las
decisiones y actuaciones de funcionarios y administraciones de turno. Lo significativo es que el ELA tiene gran historia por
las esencias de pueblo y patria. La realidad es que el ELA es ampliamente
reconocido y validado. El líder y maestro Rafael Hernández Colón lo afirma muy
bien en el libro “Contra viento y marea”:
·
“Puerto Rico fue el primer país cuya
descolonización se reconoció por la ONU bajo la alternativa genérica de libre
asociación. Ese reconocimiento que se llevó a cabo bajo la Resolución 748
(VIII) en 1953, siguió criterios de legitimación que aparecían en lo que
entonces se conocía como la Lista de Factores”.
Explica Hernández Colón en ese libro:
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“A principios de la década del 60 se aprobaron
criterios parecidos a los que contenía la Lista de Factores bajo la Resolución
1541 (XV) que condujo los trabajos del Comité de Descolonización que se
constituyó en 1960. En 1970 se aprobó la
Declaración de Principios de Derecho Internacional Respecto a Relaciones
Amistosas y Cooperación entre los Estados de Acuerdo con la Carta Orgánica de
las Naciones Unidas (Resolución 2625 (XXV), que reconoce que ‘cualquier forma
de status político libremente determinado por un pueblo, constituye un modo de
libre autodeterminación de ese pueblo’. Esta le otorgó mayor liberalidad al
pragmatismo seguido por la ONU en el reconocimiento de la libertad de los
pueblos para moldear la asociación que deseaban. Dado
que el ELA ya estaba reconocido como no colonial por la ONU, yo no tenía
duda de que, cualquier ensanchamiento autonómico del mismo, acrecentaría su
reconocimiento y por tanto tendría legitimidad en el derecho internacional”.
El ELA provee una Constitución ejemplar, y como pacto
democrático ha funcionado. Sin embargo, con el paso del tiempo, se ha
considerado pertinente revisar términos de ese pacto para dar mayores poderes a
la Isla en temas controlados por el nivel federal.
Eso NO significa eliminar el pacto o
que no sirva, sino perfeccionarlo. En la medida que la empatía, la generosidad
y el
patriotismo prevalezcan en forma sabia y salomónica, redescubriremos la gran
herramienta de estabilidad y progreso que es el ELA en la base de
perfeccionar la unión permanente de Puerto Rico con Estados
Unidos.
Los movimientos migratorios dan serios mensajes
(seamos sinceros: el gran número de boricuas en el norte y el verse la nación
norteamericana como destino natural, supera teorías y plantea el superar el
insularismo y crecer en forma integral), por lo que se trata de una unión que
trasciende la juridicidad en lo humano y requiere trascendencia en la obra que
al fomentar constructiva autoestima, unificadora autosuficiencia y edificante
productividad, nos haga mejores aliados de Estados Unidos.
Aunque el ELA no es colonia y es una alternativa válida y aceptable,
genuinas inquietudes, ciertos niveles de insatisfacción y serios problemas
socioeconómicos que requieren todo lo mejor de talentos solidarios e intelecto
edificante, confirman que se necesita un proceso de diálogo y mecanismos como
una Constituyente para poder llegar a un punto en que se respete la voluntad
democrática en el debido proceso.
Recordemos que el gran ideal NO está en una
fórmula de status político, sino en la inmensa obra humana a desarrollar. Los
logros del ELA no son un recuerdo nostálgico pasado, son la zapata que nos
llama hoy a edificar más. Es la base de la verdad y la
sana autoestima, lo que nos convoca a realizar las hazañas del siglo 21 con la
misma fuerza de pueblo unido y visionario con que una vez dijimos “Manos a la
Obra”.
El caso de Puerto Rico no es de naturaleza
colonial, sino de buscar perfeccionar su realidad. No se trata de que el ELA no
sirva. La evidencia confirma que el ELA sirve y es buena zapata para construir.
Se trata de atender temas pendientes y actualizar lo iniciado al crearse el
ELA, en temas como la Ley de Cabotaje, elevar a rango constitucional la
autonomía municipal, y otros.
Los propósitos de crecimiento, autosuficiencia y
potenciación, pueden armonizar en atesorar la gran zapata que es el ELA. Lo que hace a algo es su
esencia y no un nombre. ¿Creemos o no creemos en Puerto Rico? Con el ELA somos
innovadores.
Con toda sinceridad, hasta 1992 Puerto Rico iba en el
buen camino: Había logros como la descentralización, la municipalización, la
internacionalización y reales índices de crecimiento socioeconómico, e incluso
llegó a ser el quinto país exportador a nivel mundial. Fue apartarse de esa
ruta y no la naturaleza del ELA, lo que creó la crisis que hay que solucionar.
Se puede echar pa’lante con el ELA, que sigue vigente y funcional; son ciertos
funcionarios de turno disfuncionales los que no cuadran con eso.
La realidad de la Junta de Control Fiscal surgió por una
deuda causada por malas prácticas administrativas, no por el ELA. Pretender
culpar al ELA por la crisis económica y buscar la destrucción de tan buen
sistema democrático-constitucional en base a manipular ese tema, es tan
irracional, como si en un hogar se pretendiese demoler la casa propia que tanto
requirió levantar y edificar, por las fallas administrativas del jefe o la jefa
de familia.
Afortunadamente la base que
da vida al ELA, es más que funcionarios de turno. En tiempos retadores,
celebremos afirmando que renunciar no es opción, que perseveramos con valor y heroísmo,
y que creemos en Puerto Rico. Celebremos que el ELA no es colonia, que el ELA
es Puerto Rico. Celebremos con la decisión y determinación de recuperar los
tiempos de progreso integral y con equidad, con el ELA. Adelante para hacer y
consagrar patria. Adelante
con el ELA.
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“En Puerto Rico
nos sentimos profundamente orgullosos de la aportación al pensamiento político
de América que significa el Estado Libre Asociado. Nos sentimos orgullosos como
puertorriqueños y como ciudadanos de Estados Unidos. El Estado Libre Asociado
es creación del espíritu de ambos pueblos. La capacidad de ambos para
desarrollar nuevas formas políticas; la disposición de Estados Unidos, tan
claramente demostrada en el caso de Puerto Rico, de respetar y respaldar los
deseos democráticamente expresados por un pueblo –aún llegando a adoptar nuevas
formas e instituciones en su manera tradicional de federalismo- hacen que se
ahonden nuestra confianza en nosotros mismos como puertorriqueños, nuestro
afecto por el pueblo de Estados Unidos, nuestro respeto por la libertad que
simboliza, sostiene y genera. No es libertad rutinaria. No es libertad
incrustada en rígidos moldes jurídicos. Es libertad creadora de nuevas
dimensiones de libertad”. –Luis Muñoz Marín.
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“La creación del Estado Libre Asociado fue la culminación
de una centenaria tradición autonómica que lanza su primera palabra con el
obispo Arizmendi en la Catedral de San Juan y con Ramón Power en las cortes de
Cádiz. Esa idea se ennobleció con sacrificio de los mejores de nuestros
mayores. Hoy seguimos recordando con el más profundo respeto a aquellos hombres
que arrastraron la persecución, la cárcel y el exilio en defensa de nuestros
intereses y nuestros derechos.
Y, entre ellos,
tenemos hoy nuestro primer recuerdo para el hombre que finalmente pudo dar
forma y poner por obra las ideas de libertad y de justicia que venían madurando
a lo largo del tiempo el líder, el arquitecto de una nueva esperanza, Luis
Muñoz Marín. Nosotros somos la continuación de esa historia y esa historia no
puede perderse...
Una nueva
dimensión de soberanía necesaria para que un país como Puerto Rico vinculado
con los Estados Unidos a través de la común ciudadanía, pero con historia,
cultura y circunstancias diferentes, pudiera enfrentarse a los más graves
problemas de pobreza extrema y superarlos adquiriendo un nivel de desarrollo
que no ha sido igualado en toda la América latina.
Una nueva
dimensión de soberanía que brinda a las libertades civiles de los
puertorriqueños las protecciones de dos constituciones: la constitución
americana y la constitución del Estado Libre Asociado. Doble protección para el
pleno disfrute de todos los derechos constitucionales que proceden de la común
ciudadanía de los Estados Unidos de América…
Su carácter
autónomo está plenamente reconocido. Ya no puede haber dudas sobre su soberanía
dentro del sistema federal...”
--Rafael
Hernández Colón
El ELA no es colonia: https://www.youtube.com/watch?v=4fmjeLZ9ZsE
PUERTO RICO CREE: https://www.youtube.com/watch?v=NMfJhdF2S9A
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