Por siempre para mí queda marcado el 25 de junio de 2016,
porque en este día Mami se fue al cielo. Ha pasado un mes. En verdad deseaba un
tiempo adicional con ella, Adela Martínez Cruz, pero porque soy hombre, ¡sigo
llorando de corazón y con razón!
El lunes 25 de julio de 2016 se
estará llevando a cabo la primera Misa de Cumple Mes por el eterno gozo y paz
de Mami, en la Catedral de Ponce en la Misa de mediodía. Quienes
seguimos perseverando, mucho tenemos que buscar de lo trascendente, de lo
eterno, de las grandes lecciones, de los motivos de vida.
Vivimos tiempos atípicos, en que no
faltan quienes se fundamentan en el cainismo, y quienes piensan que con excluir
a las voces de experiencia y discriminar por edad, se puede lograr algo
“mejor”. Las más ilustres civilizaciones se destacan por honrar sus raíces y
respetar y hacer valer a sus sabios con experiencia y las voces con bien ganada
autoridad. Todo lo mejor comienza con amor y honor a nuestros forjadores.
Que toda oportunidad para elevar la
mirada, permita perfeccionar los pasos y afirmar la ruta del buen camino. La
vida nos plantea en diversas ocasiones, la encrucijada entre optar por la
cómoda ruta equivocada, o por la heroica y empinada ruta correcta.
Optemos por lo correcto con la
conciencia que crece en dignidad. Es de ahí que puede surgir algo de paz; la
paz que convierte a las lágrimas en rocío, da sentido a la trayectoria y sobre
todo, permite unir los recuerdos con dar vigencia a sus esencias; las esencias
que dan sentido a lo forjado desde la cuna y de cada origen.
Mi madre tenía una voz que daba serenidad
ante todo, y una sensibilidad y humildad que le daban autoridad. ¡Que mucho se
necesita hoy ese nivel de serenidad que respeta y no necesita recurrir al grito
o al estilo cuestionable! Imposible contener las lágrimas cada vez que recuerdo
la última vez que mi madre me dijo “Dios te bendiga”.
De mis días de niñez y estudiantiles, lo
más que atesoro es el recuerdo de mis padres en pleno vigor y cómo los días
parecían más lentos y hasta con armonía aun en momentos complicados. ¿Qué
soberbio corazón puede ser capaz en el presente de excluir a quienes supieron
dar lo mejor de sí y escribir admirables páginas? Ahora más que nunca,
abracemos lo que en verdad da vida a la vida.
El día que falleció Mami, una inusual
lluvia hubo en Ponce; no falla que llueve cuando parten almas buenas. Mi madre
mereció más en la vida, y al mismo tiempo le dio luz a todo lo que tuvo y
alcanzó. Haya gozo eterno a ella y paz a todos los que seguimos perseverando.
¡Mi alma sigue llorando con la inspiración en quien afirmó que Dios se creció
al crear a la mujer! ¡Sigo llorando y sentidas lágrimas permanecen en el
interior; con amor, sentimientos y todo lo que supera palabras! ¡Lloro de
corazón y con razón!
A un mes de
distancia, reafirmo: Mami siempre en el recuerdo, la perseverancia y la fe.
·
“Santísimo Amor de
Jesús, te consagramos nuestros corazones, nuestras vidas, y nuestras familias”.
--Consagración al Sagrado Corazón de Jesús
·
“Las madres
puertorriqueñas ocupan un pedestal en nuestros corazones, un sitial de honor
ante el derroche de ternura, amor y sacrificio que ellas regalan diariamente,
en la plenitud de su entrega a la familia. Maternidad es sinónimo de protección
que comienza al concebir al hijo y perdura siempre no importa los años que
éstos vayan cumpliendo. Las madres puertorriqueñas son la fuerza de este
pueblo. Lo dan todo: comprensión, consejo, y consuelo. Tienen las madres
puertorriqueñas una dignidad ejemplar en la dulzura de su amor y en la valentía
de su lucha por los hijos. Las madres traen la paz, y son la esperanza que como
suave brisa sopla las velas de la vida para conducirnos a mares tranquilos…
Para aquellas madres que con ejemplo de virtud y abnegación cumplieron su maravillosa misión en la tierra y fueron llamadas a la presencia de Dios, paz, descanso, agradecimiento y gloria eterna en el Paraíso del Padre. A todas las madres, gracias por ser presencia de Dios en medio de nosotros.”. –Rafael Hernández Colón
Para aquellas madres que con ejemplo de virtud y abnegación cumplieron su maravillosa misión en la tierra y fueron llamadas a la presencia de Dios, paz, descanso, agradecimiento y gloria eterna en el Paraíso del Padre. A todas las madres, gracias por ser presencia de Dios en medio de nosotros.”. –Rafael Hernández Colón
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“Jamás en la vida encontrarás ternura mejor, más
profunda, más desinteresada y verdadera que la de tu madre". --Honoré de
Balzac
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“Dios no podía estar en todas partes y por ello creó a
las madres”. --proverbio judío
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“Mi madre fue la
mujer más bella que jamás conocí. Todo lo que soy, se lo debo a mi madre.
Atribuyo todos mis éxitos en esta vida a la enseñanza moral, intelectual y
física que recibí de ella". --George Washington
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“Madres, en vuestras manos tenéis la salvación del
mundo”. --Leon Tolstoi
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