La vida nos plantea en diversas ocasiones, la encrucijada
entre optar por la cómoda ruta equivocada, o por la heroica y empinada ruta
correcta. En este tiempo de la historia, opto por lo correcto: Opto por
reconocer y valorar a Rafael Hernández Colón, por su pensamiento que trasciende
lo efímero, lo cainista y de corto plazo, para iluminar caminos y destacar en qué
consiste el buen y consagrado liderazgo.
Si en esta etapa de mi vida, aceptase conceptos de confusionismo,
y de exclusión a las voces de experiencia y sabiduría, deshonraría las más
respetables bases de mi formación y sumatoria de vida y sobre todo, defraudaría
el inmenso amor con que muis padres dieron todo lo mejor de sí para educar con
humildad y en dignidad. Nada ni nadie justificaría ni merecería, el optar por caer
en el destructivo error y horror.
Las más ilustres civilizaciones se destacan por honrar
sus raíces y respetar y hacer valer a sus sabios con experiencia y las voces
con bien ganada autoridad. Redescubramos lo mejor para edificar bien Estamos en
el mejor momento para amar y perseverar, para hacer y consagrar patria en el
buen camino.
Lo correcto es buscar todo medio posible para explicar y
educar. Nada ni nadie justifica seguir a quien insista en la soberbia y en la
falta de conciencia histórica y de justo agradecimiento. La fe dicta que todos
somos hijos de Dios y exhorta a la acción solidaria; pero también exhorta al
discernimiento para separar al grano de la paja, ya que lo negativo incapacita
para dirigir y lo positivo capacita para forjar.
Se puede ser líder
en cada rol, en la medida que se viven valores y se da legitimidad al término
“autoridad” con claridad de entendimiento y firme voluntad en lo que infunde
paz. Ahora más que nunca, adelante en la vocación definida con razón y corazón.
·
“En mi largo caminar por las veredas de la política
del país me he encontrado con muchos candidatos, pero con pocos líderes
políticos. No obstante el pueblo tiende a pensar que quien puede mover a una
audiencia sobre un tema político con un micrófono, ese es un líder. Hay
confusión sobre lo que es el liderazgo. Muchos piensan que líder es el buen
orador o el que tiene una personalidad atractiva, o un buen resumé o el que
sabe cómo introducirse a los demás e impresionarlos porque recuerda su nombre.
Quizás esas cualidades ayuden a ser un buen candidato, pero un buen candidato
es una cosa, un líder es otra. Se sigue al líder, se vota el candidato que
puede ser líder o no serlo. No todo el que manda o pretende mandar, es un
líder. Y aunque quien manda pueda hacer cosas buenas para un pueblo, no puede
hacer las cosas que puede hacer un líder. No se es líder por ganar una elección
ni se deja de serlo por perderla. Un gobernante no es un líder por el hecho de
ser gobernante; una persona con poder tampoco lo es. Una persona que monopoliza
el poder y destruye a todo lo que se le oponga: no es un líder, es un tirano,
aunque el pueblo no tenga otra alternativa que obedecerle. El liderazgo
político consiste en conjugar las aspiraciones del pueblo con los propios
valores en un movimiento para la realización de grandes ideales como lo sería
la creación de una sociedad más justa y más sana. El líder político inspira a otros
en virtud de su compromiso con los ideales, a base de su honestidad, de su sentido
de responsabilidad, de su trato con sus seguidores, del cumplimiento con su palabra,
de su voluntad decidida. El liderazgo político se canaliza a través de los procesos
democráticos para alcanzar el poder y ejercerlo mediante una gobernanza que
estructure la sociedad más justa y más sana que se persigue”. –Rafael Hernández
Colón
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“Vayamos hacia un Puerto Rico que labore por metas
reales, por el máximo bienestar de su gente y del país, por los valores de la
armonía y el afecto y no los de la disputa y el encono”. –Rafael Hernández
Colón
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“La vida es infinitamente mucho más que el estatus”. –Rafael
Hernández Colón, “Pensamientos y reflexiones”
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