·
Que dolores y genuinas lágrimas no llevan a olvidar que
en un mundo imperfecto, no faltan los amaneceres luminosos y vivificadores.
·
Que sentidas pérdidas en la brevedad de la vida muevan a buscar
respuestas que trasciendan los libretos tradicionales que no funcionan; y a atesorar
y vivificar los momentos inspiradores y aleccionadores.
·
Que los motivos de alegría sean faro constante e
inagotable para no perder el rumbo al llegar retos y tempestades.
·
Que no haya edad muy temprana para crecer o edad muy
tardía para renacer.
·
Que no sea un imposible el perfeccionar los términos
“prosperar” y “bendición” en el buen camino de la equidad que es consagra y edifica
mucho.
Llorar con razón y corazón está bien. Procede
seguir perseverando, pero que no se insulte la inteligencia con clichés y libretos
como el “tiempo de Dios” (concepto con buen origen, pero que se tergiversa
demasiado). Procede buscar el nuevo mensaje de fe, con dignidad y sin
manipulaciones, con poder y fundamentado en realidades.
El ser humano no nace para la soledad… Hay heroísmo al lograr destacar los
motivos que dan vida a la vida. Hay poder de fe en acción y reales milagros al
dar nuevos y mayores alcances y testimonios al amor. Adelante…
No hay comentarios:
Publicar un comentario