Ver a una dama de 101 años recibir la
primera comunión es en verdad conmovedor. El mensaje fue que nunca es tarde y
de que ayuda a todos a reafirmar la fe.
¿Habrá quien pueda cuestionarle su ruta
de fe a la respetable dama y hasta requerirle que entregue su vida al Señor?
Lamentablemente hay quienes confunden conceptos y en el afán de manipular e
imponer, pierden de perspectiva que los detalles bonitos y edificantes de la
vida se nutren de corazón, humildad y sobre todo, lo que se vive.
Sigue en mí el deseo de que mi madre
hubiese vivido más años. Ella supo mantener su formación de fe y sobre todo, ejemplificar
que Dios se creció al crear a la mujer. Ante los misterios de la existencia y
la visión trascendente, que haya siempre respeto a la dignidad y que sea
siempre punto de referencia el amor sin límites con esencia divina.
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“Hay una mujer al principio de todas las
grandes cosas.” – Alphonse de Lamartine
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“El amor nos hace semejantes, crea igualdad, derriba los
muros y las distancias. Y Dios hizo esto con nosotros. Jesús, en efecto,
«trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con
voluntad de hombre, amó con corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se
hizo verdaderamente uno de nosotros, en todo semejante a nosotros excepto en el
pecado» (Gaudium et spes, 22)”. --Papa Francisco
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