Madre Teresa de Calcuta, por su ejemplo de corazón y vocación, recibe un nivel
de admiración y respeto que supera fronteras ideológicas. A destacar lo que une,
procede reflexionar y trascender: Es de siglos el debate sobre el protocolo y el
ritual de la canonización vs el contenido bíblico. Sin embargo, se puede coincidir
en dos factores:
·
Ante siglos de diferencias, procede respetar la forma en
que casa cual busque su ruta de santidad y entender que la gran lección es vivir
lo que se predica. Solo Dios tiene la palabra final sobre el valor de la canonización
(nadie sabe cómo es el cielo), pero podemos crecer al tomar las mejores lecciones
de quienes son exaltados.
·
Reconocer que ciertos líderes que condenan la “idolatría”
en el catolicismo, son quienes más idolatría fomentan hacia ellos mismo.
Deberían entender que es mejor declarar santidad
que buscar silenciar y condenar a quien piense diferente.
La realidad es que el verdadero significado de ser “santo(a)”, es decisión
y vivencia que supera un solemne y respetable ritual de canonización, una aleccionadora
imagen o incluso aceptables teorías sobre lo que define a una “persona buena”. Ser
“santo(a)”, es dedicarse al Señor. Eso no es equivalente a apartarse del mundo,
juzgar a todos los demás como si fuesen inferiores, tomar lo religioso como un
medio de manipulación para servirse de los demás u optar por un celibato
forzado.
Eso significa hacer con humildad que sea una Gran Realidad en todo en la
vida, el dedicar TODO al Señor en la mayor forma humana. Se recomienda
preguntarse ante cada decisión y camino: “¿Sirve sabiamente, con amor y a
cabalidad, y sobre todo le agrada al Señor?”. No todo ante las congregaciones
tiene santidad y mucho en el diario vivir potencia con suprema santidad fuera de
lo tradicional. Por eso es vital buscar tener capacidad de discernimiento.
Así, al dar trascendencia a lo cotidiano y la vocación, TODA alma puede
vivir en santidad; en todo trabajo y toda función que forma y sirve bien. Así,
mi primer y gran modelo de santidad fueron mis padres. Somos llamados a unir y
restaurar, con la certeza de que Dios está con nosotros, nos bendice y
fortalece en las causas justas y en lo correcto que es fe en acción con buenas
obras y amor con poder.
Hay santidad en toda expresión de sincero amor, en toda acción para sembrar
el bien y la potenciación edificante al prójimo, en el esmero para trabajar con
excelencia, en el valor para no avalar abusos y corrupción, en la decisión de
ejercer toda autoridad con humildad y sabiduría, en lo propio de dar transmitir
efectivos testimonios y educar con el ejemplo, en fin, en todo lo que define a
crecer como mejores seres humanos.
Pienso que lo de santidad en Madre Teresa de Calcuta no depende de un ritual,
lo hizo ella como ser humano con virtudes y defectos. Madre Teresa de Calcuta confirma
que es mucho más que su vestimenta, es la fe que se define con amor y buenas
obras. Ser “cristiano” no es religión, un género musical o una marca comercial.
Ser “cristiano” no es ser perfecto o inmune a lo que afecta al mundo. Ser
“cristiano” es ser creyente; lo que infunde una naturaleza revolucionaria al
palpitar, al ver, creer, pensar y hacer. TODA alma puede perseverar y vivir en
santidad en el fomento de paz integral y progreso con equidad. Dios ilumine a
todos.
http://www.elnuevodia.com/noticias/internacionales/nota/papadeclarasantaalamadreteresadecalcuta-2237712/
http://www.wapa.tv/galerias/detalle/noticentro/2023
http://www.telemundo.com/noticias/2016/09/04/el-papa-declara-santa-la-madre-teresa-de-calcuta
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