Batallante: La Ola Latina desde el impulso vital de Puerto Rico…

En el Mes de la Herencia Hispana, que se celebra del 15 de septiembre al 15 de octubre de 2021, y más allá, es recomendable dar nuevamente una mirada al libro del 2004 escrito por el periodista Jorge Ramos, titulado “Ola Latina: Cómo los hispanos están transformando la política en los Estados Unidos”.

El Prólogo del libro afirma que Estados Unidos será una nación hispana; con el vaticinio de que en el 2125 habrá más latinos que blancos y en el 2050 los blancos serán una minoría. Como base actual, en el Capítulo I afirma que el presidente George Bush logró la reelección en el 2004 gracias a los hispanos.

El análisis de la ruta desde el 2004 hasta el presente, y el tiempo, dirán si Estados Unidos se convertirá en una nación hispana. La realidad es que es notable la creciente influencia política hispana y que ya no tiene aplicación el concepto de incompatibilidad de culturas, o de una búsqueda de asimilación de culturas. Se puede coexistir y progresar juntos.

Para Puerto Rico, esta historia de participación política con el poder del voto comenzó hace tiempo. En la Isla, la elección de 1940 significó mucho al superarse el factor del fraude electoral y entrar en escena el pueblo mismo. Gracias a ese mandato, eventualmente ese pueblo logró la realización del Estado Libre Asociado en 1952.

Gracias a la base del Estado Libre Asociado, Puerto Rico logró ser un ejemplo de progreso integral ante sí mismo y ante el mundo. Hubo en la década de 1950 también, muchos boricuas que emigraron hacia Estados Unidos. El que la Isla echaba pa’lante, no eliminaba la opción de emigrar a Estados Unidos.

Era necesario activar el voto boricua en Estados Unidos. Así, a principios de 1971 juramentó Herman Badillo como el primer congresista puertorriqueño elegido en los Estados Unidos. Desde los tiempos de Luis Muñoz Marín y la fundación del Partido Popular Democrático, el liderato Popular desarrolló una buena relación de entendimiento, respeto e ideales de justicia social comunes con el Partido Demócrata.

Así, en el cuatrienio de 1985-1988, el gobernador Rafael Hernández Colón desarrolló la campaña “Atrévete”, para activar el voto boricua e hispano en Estados Unidos. Como parte de la campaña de inscripción, el 2 de marzo de 1988 expresó Hernández Colón en Nueva York: “Nuestra causa es vital a la comunidad hispana. Buscamos nada menos que darle plenos poderes políticos a los puertorriqueños y a todos los hispanos”.

Gracias a esa semilla y ese esfuerzo, hoy son palpables los frutos del poder político creciente de puertorriqueños e hispanos. La Semana de la Herencia Hispana, es buen momento para reconocer las aportaciones fundadoras y creadoras desde Puerto Rico.

En el pasado, hubo rayos de esperanza mediante la Alianza para el Progreso impulsada por el presidente John F. Kennedy, y la iniciativa de la cuenca del Caribe impulsada por el presidente Ronald Reagan. A esos buenos conceptos hay que volver.

Como un gran árbol, aun compartiendo raíces, los países en América Latina y el Caribe tomaron diferentes caminos, tal como las ramas de los árboles. Los buenos testimonios de la herencia hispana, confirman que cada país debe buscar su mejor desarrollo. Puerto Rico logró la mejor zapata con el Estado Libre Asociado con naturaleza no colonial y plena dignidad moral y política, puede perfeccionar la unión con Estados Unidos.

En el siglo XXI, en tiempos de crisis prolongada, jamaqueos de la naturaleza y Pandemia del Coronavirus, procede el gran propósito de hacer una nueva realidad mejor a la que había antes del virus. Para eso, la Herencia Hispana es gran fortaleza de fe, base histórica y perseverancia en el amor y las grandes causas. Adelante...