En tiempos recientes, es motivo de
debate el boicot al programa “Super X-clusivo” y la lucha para que sea
cancelado el mismo. No se trata de una nueva controversia, pero el manejo
inadecuado de la información sobre un asesinato en ese programa, hirió la
sensibilidad el país entero y fue la gota que colmó la copa. El “Todos somos…”
superó lo publicitario para ser contundente voz de las lágrimas, el sentir y el
alma del pueblo.
En una acción que sienta
precedentes, ante el creciente mensaje de la opinión pública, el programa ha
ido perdiendo auspicios y hay quienes afirman que los días de “Super X-clusivo”
están contados. Sin embargo, procede profundizar:
“Super X-clusivo” afirmaba tener la
mayor audiencia. No sé si son más los que ven otras alternativas vía cable o internet,
pero el disfraz de la Comay evolucionó para ser peor, por lo tanto que juzga,
que los encapuchados que tanto se criticaban. Veamos:
Objetivamente, ese nivel de
audiencia se debió a un producto creativo que une muchos talentos en sus
diversos detalles de realización. Ese nivel de audiencia se debió a un trabajo
investigativo que permite dar a conocer muchas primicias. El mejor ejemplo de
un poder bien empleado es la lucha para que no se olviden y se esclarezcan
casos como los asesinatos del niño Lorenzo y de Carmen Paredes.
Sin embargo, el poderío televisivo y
la capacidad de generar opinión pública llevó a un descontrol, en que se
tergiversó lo de “figura pública” y se usó la muletilla de “aparente y alegadamente”
para dar rienda suelta a temas que solo tendían a dañar. En mi caso, reconozco
que me indignó cuando se dio rienda suelta en el programa a la línea y agenda de
ataque a la gran dama con dones, energía, llamado, belleza inenarrable y presencia
sin igual con el nombre artístico de Melina León. Pero reconozco que hay más
casos de almas que fueron foco del estilo de francotirador que busca aniquilar.
Bendigo a Melina y merece ella pleno
apoyo con sabiduría y oraciones de verdad. Otros podrán admirar a otros
talentos de la patria. Coincidimos en que nada bueno aporta la estrategia
negativa en un país que tanto necesita sosiego y armonía. Ante el ataque
injusto, canalicemos la admiración con fe, seguridad y sin miedo; en amor
heroico y la acción de bendición que vivifica y defiende sabiamente. Jesús es
Príncipe de Paz, y también supo sacar a los mercaderes del templo. ¡Emulemos
ese ejemplo!
El descontrol en “Super X-clusivo”
llevó a un estilo de perseguir en forma altamente cuestionable, inmisericorde y
sin sentido de prudencia. Ciertamente no abona al buen entretenimiento ni a la
mejor calidad de vida, la manía de desperdiciar dones en el chisme y no quitar
el guante de la cara en forma selectiva y en donde no procede.
Lo POSITIVO del boicot a la Comay es
que se supera la percepción de indiferencia y se da vigencia a lo que escribió Martin
Niemoller: "Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé
silencio, porque yo no era comunista; Cuando encarcelaron a los
socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata; Cuando
vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era
sindicalista; Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté, porque yo
no era judío; Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera
protestar". ¡Bueno es protestar con razón! ¡Bueno es protestar para ser
más justos, dignos, humanos y solidarios!
Toda gran oportunidad tiene su razón
de ser y se debe emplear en forma constructiva. Los estilos de la agenda
destructiva o de atribuirse el poder de juzgar y dictar pautas, no son
superiores que el “pecado” que se aparenta combatir. Quien cae en eso, genera
indignación y al mismo tiempo, da lástima. Eso le pasó a “Super X-clusivo”.
Sin embargo, aunque NO escribo en
defensa de ese programa y al mismo tiempo reconozco que en ocasiones ha hecho
sus aportaciones (como la atención y seguimiento a casos serios), la realidad
es que el calor NO está en la sábana.
La cancelación de “Super X-clusivo”
puede crear nuevos precedentes y mejorar la calidad de la televisión desde el
pueblo mismo. Sin embargo, hay que tener sumo cuidado con quienes busquen
montarse en la ola de la cancelación con la pretensión de imponer un control de
comunicaciones que eventualmente, pueda ser mucho peor y más destructivo que
todos los males que se le adjudican a “Super X-clusivo”.
El calor NO está en la sábana. Los
problemas del país requieren mucho más que la cancelación de un programa. En el
caso de “Super X-clusivo”, su cancelación podría ser un remedio aceptable, pero
no es una medicina para todo programa, ya que en otros casos se podrán aplicar
medidas de mejora del contenido.
Porque el calor NO está en la
sábana, no favorezco el llamado “control de las comunicaciones” que caracteriza
a los regímenes represivos, totalitarios y dictatoriales. Precisamente casos
como los que más consternan al país y que son foco de atención en “Super X-clusivo”,
ponen al descubierto las desigualdades en el país y fallas en el sistema, por
lo que un control de comunicaciones se presta demasiado a abusos y puede ser
peor que la enfermedad por su potencial de desinformación y manipulación.
De no darse la cancelación de “Super
X-clusivo”, que se logre el efectivo jamaqueo para que se respete el derecho a
una televisión de excelencia y de la mayor variedad posible, en que el control
de comunicaciones sea democrático, en las manos de cada televidente. De darse
la cancelación de “Super X-clusivo”, no olvidemos que el calor NO está en la
sábana, que una mejorar la calidad de vida requiere mucho más, y que se reitera
que el control de comunicaciones sea democrático, en las manos de cada
televidente. Que la educación sea proyecto de todo el país y no solo de las
escuelas.
Se puede aspirar a más y mejor. No
es imposible lograr elevar el nivel. No me refiero a coartar derechos, sino a
validar derechos asumiendo responsabilidades. El transmitir nuestra indignación
y abogar por adecentar los programas, puede desatar muchas transformaciones constructivas.
Dios ilumine a todos.
--Gerardo L. Berríos
Martínez