Hoy martes 18 de
diciembre de 2012, dice un reportaje:
“¡Lo
atribuyen a su divorcio! Como es usual, la revista ‘Fitness’ ha presentado a la
mujer que, según sus criterios, posee la mejor figura del año. En este caso la
ganadora ha sido la actriz Katie Holmes”.
Quedé sorprendido ante
eso. Que Katie Holmes pueda tener un rostro atractivo, es aceptable. Pero decir
que tiene “la mejor figura del año” es demasiado
decir. Que los de la revista ‘Fitness’ visiten Puerto Rico para descubrir la Gran
Belleza que confirma que Dios se creció al crear a la mujer.
Entre quienes lean mis palabras, unos
pensarán que reconocer a la mujer es y debe ser, más que “figura”, y que desde
el concepto más completo, procede rendir tributo a la madre perseverante y luchadora
que supera lo efímero; este servidor así lo ve.
Otros
pensarán en trascender para reconocer a mujeres que asumen grandes
responsabilidades de liderato. En eso hay pastoras admirables y líderes en
empresas, lo comunitario y diversos roles. Veo que Carmen Yulín ejemplifica
mucho.
Otros
pensarán en novias, esposas, compañeras y damas que captan su admiración por
una serie de factores. En mi caso, al pensar en una mujer que combina figura
que deja sin aliento y una belleza mayor por lo que nace del alma, pienso en
Melina León. Si los de la revista “Fitness” consideran a Melina, aplican lo de “Stop
the Presses!” y cambian la selección. Ella es Diva y Musa, y es mucho más que
Diva y Musa. Veamos:
Según
“Wikipedia”, la palabra “diva” tiene el siguiente origen: “En música clásica,
una diva es una cantante de renombre que se caracteriza por tener una voz
excepcional. En latín y en italiano, la palabra diva significa «divina» y es la
forma femenina de la palabra latina divus. Las características técnicas son
generalmente una voz potente y bien proyectada acompañado de un temperamento
fuerte. El timbre de una diva es de una extraordinaria belleza”.
Es un origen
que con el paso del tiempo, ha ido adquiriendo otros sentidos; objetivamente no
todos positivos. El concepto se desvirtúa cuando se asocia con ego desmedido y
la soberbia que no es parte del origen el concepto. Ante una definición así, es
erróneo enfatizar en darle a la palabra “diva” una connotación negativa. A los
cristianos nos toca enfatizar en lo constructivo y no en lo destructivo.
Según
“Wikipedia”, la palabra “musa” tiene el siguiente origen: “En la mitología
griega las musas (en griego antiguo mousai) eran, según los escritores más
antiguos, las diosas inspiradoras de la música y, según las nociones
posteriores, divinidades que presidían los diferentes tipos de poesía, así como
las artes y las ciencias. Originalmente fueron consideradas ninfas inspiradoras
de las fuentes, cerca de las cuales eran adoradas; y llevaron nombres
diferentes en distintos lugares, hasta que la adoración tracio-beocia de las
nueve Musas se extendió desde Beocia al resto de las regiones de Grecia y al
final quedaría generalmente establecida”.
Es así que se
identifica a la musa como generadora de inspiración. No es posible dar
connotación negativa a algo así, ya que puede generar inspiración tanto la
belleza interior como la exterior. Como hombre, veo que NO es imposible que
haya en la mujer la perfecta y armoniosa combinación de la belleza externa y la
belleza
interna.
Veamos:
·
El contenido
de Proverbios sobre “la mujer virtuosa” nos recuerda que no procede olvidar la
humildad, que al perder valores se convierte en vanidad; que no se tome para
fomentar descuido, la auto-adulación y las imposiciones que no son duraderas.
·
El contenido
de Cantares nos recuerda que lo admirable no es pecado y que el cuido y fomento
de la autoestima da nuevos niveles al amor y la consagrada pasión que redefine
la belleza; que no se olvide selectivamente y no se tergiverse.
Con justo
balance, buscando acentuar todo lo mejor, se enriquece y fructifica la vocación
y se logra más. ¡Se Puede lograr el balance perfecto de paz y armonía!
Que
los de la revista “Fitness” visiten Puerto Rico para descubrir que en el mundo existe
la mujer que
es al mismo tiempo Diva y Musa. La reconozco
–con respeto, humildad y honestidad- en la gran alma con dones, belleza
inenarrable, energía, llamado único y presencia sin igual con el nombre
artístico de Melina León.
Es así que
procede ver parte de lo que redacté y presenté en mis espacios de internet:
“Siempre tiene
vigencia recordar el disco de Melina titulado ‘Corazón de mujer’ (entendiendo
que cada disco de Melina es una exaltación de la excelencia hacia su máxima y
más pura expresión). Es un disco que exalta la esencia de la mujer y lo que
hace a un hombre de verdad. Es un disco con el mensaje propio para todos los
pueblos y almas del mundo. Es un disco que en la medida que jamaquea
conciencias, confirma que ‘música cristiana’ no es sólo lo
que se cataloga dentro de un género, sino lo que lleva algo de Dios con fuerza
de edificación, por lo que ciertamente Melina León es la dama y cantante
cristiana que más admiro”.
Demos gracias a Dios por
el Corazón de Mujer, y por cada mujer que aporta un toque divino al mundo. Que los de la revista “Fitness” visiten Puerto Rico
para descubrir Belleza
Completa.
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