miércoles, 5 de diciembre de 2012

¿Qué hacer ante el crimen?


Cuando ocurren tragedias criminales que consternan a todo el país, surge inmediatamente la sugerencia de volverá establecer la pena de muerte en Puerto Rico.

 

¿Por qué unos casos impactan más a la opinión pública y el sentir de pueblo, que otros? ¿Por qué una gran mayoría de casos chocan ante la indiferencia, se ven como triste rutina y lamentablemente quedan impunes los crímenes?

 

Hay veces en que el pueblo se indigna ante lo injusto, pero hay veces en que se promueve una mayor consternación hacia los que más tienen.

 

Ante la propuesta de restablecer la pena de muerte, hay que ver que eso ya es un hecho en las muertes que hacen correr sangre en el país.

 

Sobre la pena de muerte que implementa el Estado, lo primero que hay que reconocer es el que la Biblia y el cristianismo NO van en contra de esa pena.

 

En la Biblia se reconoce la pena de muerte para quien es digno de recibir ese castigo; y Jesús dijo que no vino a eliminar ya Ley, y que el que a hierro mata, a hierro muere.

 

Con toda sinceridad, veo que en un impulso de u8n momento dado, se clama por la pena de muerte, pero lo más probable es que en el momento de la decisión para emitir un voto a favor de esa enmienda constitucional, dominará el “ay bendito” y el criterio partidista y se votará “No”.

 

La evidencia está en que en la votación del 19 de agosto del año en curso, el electorado que participó rechazó la enmienda que proponía limitar –NO eliminar- el derecho absoluto a la fianza. Al apoyar el “Sí”, escribí en aquel entonces:

 

Porque se propone dar la discreción para limitar el derecho a la fianza en casos que afectan y consternan a todo un pueblo y no se elimina el derecho a la fianza, votaré . La enmienda constitucional propuesta es una vía salomónica que propicia superar el partidismo y el cainismo, para enfrentar al crimen. Seamos solidarios con tantas víctimas y hogares enlutados. Busquemos lo mejor para lograr y consagrar una buena civilización. Voto a limitar la fianza.

 

Brillan por su ausencia los ideólogos que tergiversan el término “derechos” olvidando a las víctimas y presentando un cuadro surrealista de la vida y la realidad; pero que conste que NO le reprocho a quienes votaron “No” en ese entonces, por la tragedia del crimen que hoy azota al país. Enfoco el punto de que si no fue posible limitar la fianza, no veo que se logre el apoyo para establecer la pena de muerte.

 

Voy más allá: El problema de la pena de muerte no está en el concepto, sino en las fallas del sistema, los errores en que inocentes han caído presos, y las desigualdades en que el poder del dinero logra que el brazo de la justicia no toque a unos.

 

En adición, seamos sinceros: No se ve la pena de muerte en la misma forma cuando quien falla es un familiar, amistad o ser querido.

 

La acción en contra del crimen y de toda acción que va en contra del orden y la paz (como violencia en el hogar, abusos, burlas, traiciones y engaños, “bullying”, “moobing” y tantos otros males), requiere partir de decisiones valientes, justas y visionarias.  

 

¿Qué hacer ante el crimen? No proceden los libretos memorizados y las teorías utópicas. Tampoco procede hacer sentirse culpables y señalar que el problema es de todos sin establecer formas concretas para ser parte de las soluciones.

 

Ante las fallas del liderato gubernamental y político, procede un Pacto Social; lo que significa que funcionarios de diferentes partidos e ideologías, se unan en el apoyo de medidas para enfrentar al país y fomentar una mejor calidad de vida.

 

Ante las fallas del liderato religioso y de otros niveles, procede la Nueva Cumbre Social; lo que no es un junte para justificar comida y bebida gratis, sino un esfuerzo para fomentar un mejor país desde las raíces individuales, familiares y comunitarias.

 

La gran petición de Salomón a Dios fue sabiduría, luego de dar el mejor y mayor holocausto –la mejor y mayor ofrenda- al Altísimo. Con sabiduría Salomón gobernó bien, y la consagración hizo una gran nación. Con sabiduría se puede mucho. Consagremos y ofrendemos una vida que da vida la vida. Dios ilumine a todos.

 

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